To er mundo e güeno

Una de historia para un analfabeto funcional

Vamos a respetarnos todos y vamos a dejarnos de tanto enfrentamiento, que con la demagogia y cuatro palabras y risas en facebook no se gobierna ni se abren fronteras y mucho menos se consiguen techos y comida para la gente.

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Una vez escribió Hipólito Sancho, historiador portuense, que cuando la ciudad dejó de mirar hacia el mar y olvidó la Carta Puebla, allá por el siglo XVII, que fijaba la fundación de El Puerto vinculada al mar y a vivir de él, cayó en crisis. Hoy día, a esos que se ríen en las redes sociales porque en Pozos Dulces la hermandad de la Flagelación tuvo que disfrutar del acompañamiento de tráfico rodado porque alguien olvidó hacer su trabajo, aunque fuera domingo, poniendo en peligro, no sólo a quienes hacían penitencia, sino también al numeroso público asistente, entre ellos muchos niños, les diría que El Puerto vive en un gran porcentaje del turismo. Les diría que una vez aquí hubo un muelle pesquero cargado de barcos y con una economía vinculada a este sector que permitía que la gente tuviera trabajo y que la ciudad tuviera vida. Una vez hubo un sector agrícola importante, dónde la vid era más que destacada en cuestiones de economía local.
Esos que se ríen en las redes sociales, que dan palmaditas en las espalda a un concejal del cambio, pero que hace escasos meses pertenecía a un partido casta con más de treinta años gobernando en esa Andalucía del pito de caña, de la mantilla o de la feria del vino fino, se olvidan, a pesar de izar a media asta la bandera de Europa por la cuestión de los refugiados, que fue un gobierno socialista en el Estado el que nos metió en el mercado común europeo, el que hundió el sector pesquero porque era mejor importar el pescado que negociar acuerdos para que la flota mantuviera su peso en la economía local, autonómica y estatal.
Les recordaría que fue Europa la que obligó a reajustar el cinturón al sector agrícola portuense y, por tanto, al sector vinícola. Que fue su grandioso partido el que ha construido una Andalucía del sector servicios, del sector hostelero. ¿Va a poner trabas a un evento cultural-religioso que desde el punto de vista turístico es fundamental? ¿Con qué eventos va a llenar el hotel que los coleguitas socialistas de Autoridad Portuaria quieren construir en la Puntilla?
El señor concejal, lo mínimo que tiene que hacer es su trabajo e ir un poco más por la Jefatura, representar a todos los portuenses, hacer que la calle sea de todos. La Semana Santa para muchos es una semana de trabajo, para otros significa descanso, para otros oración y todos deben tener su espacio en la ciudad.
La cuestión económica no es la más importante. También es destacado que hayan conseguido la alcaldía con seis mil votos en una ciudad de casi noventa mil.  Motivo más que suficiente para Respetar. ¿O sólo vamos a cortar las calles cuando su club celebra una Carrera Popular? Efectivamente, la calle es de todos. Basta de sembrar odio, de utilizar argumentos falaces y exagerados. Basta de alimentar fantasmas del pasado para recuperar espacios ideológicos y tranquilizar conciencias. Los que acompañamos a los titulares de las hermandades somos de gran diversidad ideológica, de todas las clases sociales y lo hacemos libremente. Basta de generalizar y condenar por cuestiones puntuales, gente de mala condición y de voluntad débil hay en todos los sectores y estratos sociales, no sólo en la Iglesia, también en el mundo del deporte o del carnaval (algún que otro pederasta), en el mundo de la cultura (SGAE) o en el mundo de la política (PSOE=ERES y FORMACIÓN).
No creo que sobre buenos y malos tengamos que seguir poniendo ejemplos. Vamos a respetarnos todos y vamos a dejarnos de tanto enfrentamiento, que con la demagogia y cuatro palabras y risas en facebook no se gobierna ni se abren fronteras y mucho menos se consiguen techos y comida para la gente.

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