La Hermandad del Rocío de Sanlúcar inició ayer por la mañana el camino de regreso a Doñana, donde embarcarán para, posteriormente regresar a su templo. Está previsto que así sea en torno a las siete de la tarde de hoy y según las previsiones una vez que los hermanos hayan pisado la playa de Bajo de Guía, sigan hasta la avenida del Cerro Falón, pasando por la calle San Nicolás, Cruz de los Caídos, atravesar Santo Domingo y llegar finalmente a la calle San Jorge que es donde se encuentra la Casa Hermandad del Rocío y su capilla.
Este trayecto pone fin a la celebración del Rocío de este año que pese a haber sido un año difícil debido a la situación económica actual, “todo ha salido muy bien”. Se ha acabado la festividad del Rocío pero su hermano mayor, Eusebio Acosta afirma que “seguirán trabajando para tratar aspectos que tengan que mejorar para el año que viene”.
Por otra parte, el recorrido de vuelta es una novedad este año ya que se ha visto alterado por las obras de remodelación de algunas vías de Sanlúcar.
El hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar aseguró que desde la salida hasta cuando este periódico pudo hablar con él debido a la escasa cobertura de la que disponían para poder hablar por teléfono, todo había transcurrido con normalidad, destacando como principal elemento las buenas condiciones climatológicas que les habían acompañado en el camino de vuelta. “Ha hecho hasta frío y eso ha sido muy bueno tanto para las personas que iban a pie, como para los romeros como para los animales”, manifestó Acosta.
Sin embargo, en el camino de ida el protagonista fue el calor de tal forma que en algunos puntos se llegaron a alcanzar los 45 grados de temperatura, lo que también hizo que retrasaran su llegada a la aldea en unos 45 minutos aproximadamente. El calor también se saldó con la vida de dos caballos, uno de Sanlúcar y otro de San Fernando pero según afirmó Acosta “no ha ocurrido ningún incidente porque todo ha transcurrido con normalidad”.
CAMINO DE VUELTA
Salieron a las nueve de la mañana de ayer de Palacio y a las once hicieron una parada en el Corral de la Cita. Acompañados por la hermandad de Rota que, al parecer, lleva haciéndolo durante muchos años, en torno a las once de la mañana dieron comienzo al rezo del Ángelus en compañía de los peregrinos de esta hermandad. Una vez que concluyó la ceremonia, ambas hermandades se separaron y fue la de Sanlúcar de Barrameda la que de nuevo celebró una pequeña misa “ya más en la intimidad”.
Llegada la hora de la comida, los hermanos de la Hermandad de Sanlúcar hicieron una nueva parada para reponer fuerzas y poder continuar con la celebración y con su trayecto hasta llegar al Cerro del Trigo, lugar donde se quedarán a dormir y destino en el que se afincaron en torno a las ocho de la tarde ya que las circunstancias
requirieron llegar con la luz del día debido a que tenían que acampar y era conveniente hacerlo con claridad.
Es tradición, por otro lado, desde hace algunos años, que los romeros pongan unas velas delante de la carreta del Simpecado. Es lo que le llaman ‘El Rosario de las velas’ y un acontecimiento que, según el hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar, “logra congregar a mucha gente”, quienes aprovecharon el momento para seguir cantándole al Simpecado.
Por lo que se refiere al sistema de comunicación que han tenido durante el camino de vuelta, es de señalar que los peregrinos de la hermandad de Sanlúcar han contado con unas seis emisoras que habían repartido entre los romeros que hicieron el camino debido a que la cobertura de los teléfonos móviles de los lugares por los que pasaron era prácticamente nula aunque tampoco podían dejar de estar incomunicados.
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