Si un niño con dislexia pudiera describir como se siente, probablemente diría que se siente cansado, muy cansado. Cansado de esforzarse día a día y ver que su esfuerzo es invisible. De pasarse horas y horas en casa haciendo tareas o estudiando y quedarse al día siguiente bloqueado ante el examen. Cansado de llegar a casa y al abrir el cuaderno, no poder entender ni su propia letra, de equivocarse de libro, de ejercicio... Así lo describe Lucía Alcántara, la presidenta de la Asociación Dislexia de Cádiz, Adica.
La dislexia es “un problema silencioso” que subyace a nada menos que al 40 % de los casos de fracaso escolar, según explica Alcántara, que ha presidido esta semana una mesa redonda organizada por Adica, y a la que han acudido psicólogos y pedagogos para dar a conocer a afectados, padres y profesionales de la enseñanza en qué consiste esta dificultad de aprendizaje que afecta a un 10% de la población. “En un cole de unos 500 niños, deberíamos tener diagnositacods a unos 50 niños”, explica Alcántara atendiendo a las estadísticas, aunque admite que ellos no tienen datos precisos de cuántos niños disléxicos puede haber en la provincia.
“Los niños con dislexia presentan dificultades para leer, tanto en lo que respecta a la velocidad lectora, como en la comprensión del texto y también manifiestan problemas para escribir, para expresar lo que quieren comunicar y para mantener la concentración”, ha especificado Alcántara, que ha insistido además en que pese a estos obstáculos, si un niño es diagnosticado a tiempo, “es capaz de aprender y de tener éxito en su proceso de aprendizaje, aplicando ciertas adaptaciones metodológicas”.
Las adaptaciopnes pedagógicas y metodológicas que, según Alcántara, ayudarían a paliar las dificultades con las que se encuentran, “vienen reflejadas las Instrucciones de 22 de junio de 2015”. Esas indicaciones establecen el protocolo de detección, identificación del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y organización.
La asociación, además, está trabajando actualmente en un Plan de Actualización y Normalización de las Dificultades de Aprendizaje, que consiste en la formación y sensibilización de la comunidad educativa para contribuir a que los estudiantes con dislexia se encuentren en igualdad de condiciones que el resto de compañeros.
De esta forma, explican, “el alumno se podrá sentir comprendido y aceptado”, y podrá así desarrollar sus habilidades tanto académicas como personales con éxito, mediante la aplicación de herramientas de actuación y mejora.
La asociación se postula como “el principal apoyo” para las personas con dislexias en la provincia, al centralizar los recursos disponibles para ayudarlas. Una labor que, afirman, no está completa sin la divulgación acerca de qué es la dislexia, porque “es una gran desconocida, y ese desconocimiento juega en contra de la integración de los niños”.
Adulto y disléxico, sin saberlo
Se puede llegar a la edad adulta siendo disléxico y sin haberse dado cuenta, de hecho, “se llega en muchísimas ocasiones a la edad adulta sin un diagnóstico pero con una mochila cargada de daños emocionales y a veces a costa de una no integración en el sistema educativo y social”, explica Lucía Alcántara, la presidenta de la recién creada Asociación Dislexia de Cádiz, Adica.
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