Esta entidad andaluza, fruto de la unión de El Monte y Caja San Fernando, celebró ayer su primera asamblea general ordinaria tras la culminación del proceso de fusión iniciado hace dos años y la reelección de su presidente, Antonio Pulido, y aprobó las cuentas de 2008 y su memoria de responsabilidad social corporativa.
El ratio de morosidad de Cajasol a 31 de diciembre de 2008 fue, además, inferior a la media del sector, informó en un comunicado esta caja de ahorros.
Para Pulido, éste es el momento de "afianzar los pilares que, con esfuerzo, se han conseguido poner en estos años de integración en la entidad", para lo que ha abogado por impulsar "un ajuste de costes mediante una optimización de la red comercial de oficinas (integrar sucursales), una mayor optimización en gastos generales y una actitud proactiva en la gestión de la morosidad", como ha indicado el Banco de España.
En su informe al máximo órgano de gobierno de Cajasol, el presidente destacó que en este año 2009 la entidad ha duplicado los activos líquidos disponibles, al alcanzar los 2.050 millones de euros, con sólo 224 millones de euros en vencimientos de emisiones en los próximos doce meses.
Según Pulido, la liquidez actual de la entidad permite cubrir los vencimientos de los próximos 3 años, sin necesidad de nuevas emisiones, además de que, tras la reciente captación en los mercados internacionales de 1.000 millones (Cajasol Garantizada 2009), ha refinanciado todos los vencimientos desde diciembre de 2007 y mantiene sus objetivos de incrementar la liquidez estructural en los próximos meses.
Dijo que estos resultados están en línea con el sector, dadas las actuales "difíciles condiciones económicas", y resaltó el trabajo realizado por el Comité de Racionalización del Gasto de Cajasol, que ha permitido reducir más de un 10% el presupuesto general de la entidad.
En relación con las soluciones referidas al ámbito del sistema financiero, ante la actual coyuntura, apostó por un retorno a las bases del negocio tradicional, es decir, captar depósitos y conceder préstamos.
Pulido defendió además una "necesaria reestructuración del sistema financiero", que pasa por dos fases: una de identificación de activos problemáticos para darles solución, y otra de recapitalización de entidades financieras débiles pero con viabilidad, procediendo a encontrar soluciones para las no viables.
Sobre la regulación del sector, consideró necesario garantizar la cantidad y, sobre todo, la calidad del capital de las entidades, reducir la sensibilidad a los ciclos y prevenir los "apalancamientos" excesivos, corregir las deficiencias de información y la disciplina de los mercados, y afianzar la gestión de la liquidez.
A juicio del presidente de Cajasol, el sector financiero español necesita reconfigurarse, con el desarrollo de estructuras flexibles; aplicar tecnología; y buscar economías de escala.
No obstante, precisó, cualquier movimiento en este sentido debe hacerse "sin menoscabo de la solvencia del sistema", y todas las operaciones de reestructuración en el sector financiero "han de responder a criterios de rentabilidad económica".
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