La emblemática obra artística, regresa a su lugar de origen tras un profundo trabajo de restauración financiado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y , que se enmarca dentro de la iniciativa Andalucía Barroca.
Las labores de restauración, que han contado con una inversión de 154.067 euros, se han venido desarrollando en los últimos nueve meses. El retablo presentaba, en general, un mal estado de conservación. Sus principales problemas radicaban en el desajuste de sus piezas y de su estructura interna, y fueron causados por el derribo y la posterior reconstrucción de la obra, que fue muy alterada, tanto visual como materialmente.
Su restauración a estado a cargo de un equipo interdisciplinar formado por doce profesionales, entre los que se encontraban restauradores, químicos, diseñadores y fotógrafos, que a tenor de los resultados, han logrado devolver a la ilustre obra el esplendor que poseía; antes que el paso del tiempo hiciese estragos en ella. Culminándose de ésta manera un viejo sueño de la hermandad que arrancó hace veinte años.
Hablamos de un admirable retablo del mejor barroco sevillano de la última mitad del Siglo XVII, según González Gómez y Carrasco Terriza, del entorno de Bernardo Simón de Pineda y de Pedro Roldán, e inspirado en el del Hospital de la Caridad de la ciudad Hispalense.
Es posiblemente el último vestigio que queda en Bollullos del desaparecido convento de San Juan de la Morañina, monasterio desde el que se cree, lo trasladaron los frailes Franciscanos tras la desamortización de Mendizábal.
En su aspecto formal, se trata de un retablo barroco en madera sobredorada, de origen salomónico y concebido a modo de arco triunfal. Su arquivolta se decora con cesterías y sus magníficas columnas aparecen caladas a modo de avispero. Está rematado en su parte superior por un copete con el relieve del padre eterno, y se sustenta sobre un banco de ladrillo, revestido de mensaque sevillano pintado a mano.
Ladillo
Con motivo de la restauración del retablo, tanto el ayuntamiento de la localidad como la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, han decidido conmemorar éste evento organizando una exposición artística con piezas originales de la comarca -Algunas de ellas nunca expuestas hasta ahora-.
Todas las obras - esculturas, pinturas y artes suntuarias- son de la segunda mitad del Siglo XVII, época a la que pertenece el referido retablo.
La Exposición, que podrá visitarse del 8 al 23 de Noviembre en la capilla de Jesús, cuenta como comisario de Honor con D. Manuel J. Carrasco Terriza, secretario canciller del Obispado de Huelva, y fue inaugurada con una conferencia a cargo de Juan M. González Gómez, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla.
El Barroco pleno se caracteriza por la expresividad y plenitud de las formas, aunando realismo y dinamismo y creando un estilo efecticista e ilusionista que impresiona los sentidos, envuelve al espectador en el trepidante ritmo de los espacios urbanos y arquitectónicos y en el derroche de los elementos ornamentales. Se consigue pues, la integración de las artes con marcado carácter teatral y escenográfico.
Conforme a la mentalidad contrareformista, la materia se hace espíritu y lo espiritual se materializa. El lujo y la ostentación, gracias al régimen señorial y a la religiosidad popular de la zona, se potencian como signo de ciertos valores morales.
A partir del Concilio de Trento proliferan las Cofradías, cuyas procesiones constituyen un medio muy eficaz para la catequesis y evangelización de los fieles, se impone por tanto la dramatización con imágenes procesionales, y esta manifestación, tan del gusto de la sociedad de aquella época predomina hasta nuestros días.
Todo ello, se refleja con nitidez en esta exposición que nace con auténtica vocación docente. El montaje museográfico y las piezas seleccionadas, pretenden facilitar al visitante una visión del Barroco no sólo como estilo artístico, sino también como una forma de vida.
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