Pedro Sánchez se topó con el insalvable escollo del PSOE andaluz cuando la negociación con Podemos ni siquiera había arrancado y ahora puede chocar contra otro, aunque de menor tamaño, para sacar adelante el pacto de investidura suscrito con Ciudadanos. Sirva finalmente o no para algo el acuerdo ratificado ayer tras el portazo de Podemos y el también visible del PP, la supresión de las diputaciones provinciales que incluyó como exigencia Albert Rivera sí que ha soliviantado a parte de la federación regional. La posición oficial de la dirección andaluza es de calculada ambigüedad: alerta del riesgo de evaporar unas instituciones clave en la prestación de servicios pero evita elevar el tono para no dinamitar el, por ahora, primer y único logro del líder.
Ese argumentario y la consiguiente llamada a la prudencia no han convencido a todos. La advertencia más seria la lanzó ayer desde Jaén el secretario provincial del partido, Francisco Reyes, tajante al anunciar que votará no el sábado en la consulta a la militancia si el texto del acuerdo incluye la expresión “supresión de las diputaciones provinciales”, condición aceptada por Sánchez y luego suavizada en el folio 64 de los 66 del acuerdo al condicionarla a la “creación de Consejos Provinciales de Alcaldes”.
El rechazo a la eliminación lo comparte la secretaria general del PSOE de Cádiz y presidenta de la Diputación, Irene García, que no dudó en mostrar su “total desacuerdo” y reclamó a la Ejecutiva Federal que “rectifique”. El presidente de la Diputación de Córdoba, el también socialista Antonio Ruiz, se sumó a la protesta y alertó de que “siempre” se opondrá a cualquier intento de supresión.
Menos contundente aunque también en tono crítico, el portavoz parlamentario del PSOE, Mario Jiménez, reconocía la “preocupación” de la dirección regional ante una reforma que no puede “ventilar en dos renglones” el futuro de instituciones históricas que auxilian a pequeños municipios en Andalucía, en torno al 90% del total.
Con casi 1.800 millones de presupuesto, el futuro de las diputaciones andaluzas queda en el aire, tanto como el pacto entre Sánchez y Rivera del que depende. El PSOE-A batallará en todo caso por la supervivencia de unos entes que C’s interpreta como un foco de enchufismo político.
Sin posición oficial en la consulta del 27
El PSOE-A no promoverá (al menos en público) el sí ni el no al pacto con C’s para no influir en el sentido del voto en la consulta a la militancia del sábado. Lo que sí reclamó ayer el portavoz parlamentario es que la dirección federal garantice el libre acceso al texto, que ya es público. Jiménez se negó a revelar si respaldará o no el pacto porque eso es “secreto”.