El Consejo de la Juventud de Andalucía ha llamado este sábado la atención sobre la tasa de temporalidad que se registra entre la población andaluza menor de 30 años, que es "la más elevada de España".
Así lo ha puesto de manifiesto el citado organismo apoyándose en el último Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, correspondiente al primer trimestre de 2015, que "arroja una vez más datos abrumadores para las personas jóvenes andaluzas".
Según ha informado el Consejo de la Juventud de Andalucía en una nota, este informe analiza periódicamente las condiciones sociolaborales de la población joven en el ámbito estatal y por comunidades autónomas, centrándose en la calidad del empleo y el acceso a la vivienda.
Para el Consejo, los datos muestran una comunidad autónoma "necesitada de medidas urgentes para la creación y mejora del empleo", ya que el desempleo alcanza la cifra del 46 por ciento, en torno a 350.000 personas jóvenes sin una oportunidad laboral, de las que una de cada dos lleva más de un año en paro, convirtiéndose en desempleada de larga duración.
Además, "tan solo tres de cada diez personas jóvenes en Andalucía tienen un trabajo", y "en un gran número de casos" están "en situación de precariedad".
Las contrataciones eventuales y a jornada parcial aumentan, en un 16 y 17 por ciento, respectivamente, afectando más a mujeres que a hombres. De cada cuatro personas jóvenes, "una está subocupada, es decir, sus horas de trabajo son inferiores a las que quiere y puede asumir".
Además, según abunda el Consejo de la Juventud de Andalucía, "la sobrecualificación crece, afectando ya a la mitad de jóvenes con un contrato de trabajo, cuyos estudios finalizados son superiores a la formación requerida para desempeñar dicha actividad".
Todo ello "impide que su capacidad adquisitiva sea suficiente para mantener un hogar fuera de la residencia familiar, y que tan solo dos de cada diez jóvenes puedan emanciparse". "Pero no solo eso, el factor psicológico, de desánimo y frustración, hace que muchas personas se resignen ante un reto cada vez más complicado y deje de buscar empleo, quedando fuera del sistema", ha apuntado la presidenta del Consejo de la Juventud de Andalucía, Lorena Rodríguez.
"Aunque cueste creerlo y pensemos que todo va bien, el riesgo de pobreza sigue aumentando. Probablemente no haya desnutrición en Andalucía, pero sí malnutrición, sí muchos niños y niñas con un desarrollo hipotecado a nuestros errores o a nuestra falta de saber hacer", ha añadido Rodríguez.
El índice de pobreza que utiliza el Observatorio de Emancipación se establece según la definición aprobada por el Consejo Europeo el 17 de junio de 2010 en el marco de la Estrategia Europa 2020, en la que se consideran personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social a la población que se encuentra en alguna de tres situaciones definidas.
En concreto, esas situaciones son "personas que viven con bajos ingresos --60 por ciento de la mediana del ingreso equivalente o por unidad de consumo--, y/o personas que sufren privación material severa --cuatro de los nueve items definidos--, y/o personas que viven en hogares con una intensidad de empleo muy bajo, por debajo del 20 por ciento".
"Cuando las organizaciones sociales hablamos de pobreza, lo hacemos con los propios acuerdos llevados a cabo por los distintos Gobiernos en Europa", ha incidido la presidenta del Consejo de la Juventud de Andalucía, quien ha lamentado que, "a pesar de ello, no parece tener incidencia y en España seguimos restando importancia y mirando hacia otro lado".