La década ominosa de títulos en las vitrinas y de reconocimiento a nivel internacional en el que se encuentra el Sevilla, ha tenido momentos abruptos y de difícil manejo por parte de la cúpula directiva y principales socios de la institución nervionense.
Pero en dicho proceso, tres figuras han sido las que fundamentalmente le ha otorgado una estabilidad y gen ganador suficiente, como para que los trofeos siguiesen cayendo tras la entrada en prisión de José María del Nido y cuando todo el castillo de naipes parecía derrumbarse.
Así las cosas, José Castro en la presidencia, Monchi como director deportivo y Emery al frente de la primera plantilla, han marcado una etapa dorada de dos años que sigue dando sus frutos a día de hoy.
Dos UEFA Europa League y una clasificación para la Liga de Campeones, volvieron una vez más a cubrir de gloria a la afición sevillista, tan exigente y crítica, incluso en las victorias.
Aun con luchas internas de poder, la celeridad para salir del atolladero antes de celebrarse la Junta General de Accionistas ha sido cuanto menos eficaz, apoyado el sostén futbolístico que, aunque a veces no ha sido el más óptimo, el paso de la balanza se inclina claramente por una notable gestión.
Y lo del derbi, sin duda fue, la guinda perfecta del pastel.
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Así lo ha confirmado la web del Sevilla este jueves al llegar a un acuerdo definitivo para las partes y con la clave en la negociación final que incluye una opción de compra que se reserva el club italiano a final de temporada para que pueda hacerse con la totalidad de los derechos del futbolista, cuyo nivel ha sido muy pobre.
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