Susana Díaz puede lucir desde anoche en su cuaderno de batallas la que es la cuarta victoria consecutiva del PSOE andaluz desde que tomó las riendas del partido. Con el 99,6% del voto escrutado, las elecciones más reñidas de la democracia entregaban anoche a los socialistas un triunfo mínimo de 22 escaños, tres por debajo de la cota de 2011, cuando se hicieron con 25, y uno por encima del PP. La diferencia notable es que si en aquella ocasión, hace cuatro años, esa cosecha provocó depresiones porque sólo les dio para ser segundos y a 9 puntos de diferencia de su gran rival, la de ayer les permite sacar algo de pecho. Por dos motivos: porque el órdago nacional de las dos formaciones emergentes, Ciudadanos y Podemos, no le ha arañado tantos apoyos y, sobre todo, porque el PP, con 21 representantes en el Congreso, sufre el fortísimo retroceso que ya auguraban las encuestas. Las tornas han cambiado y Andalucía recupera su condición de feudo socialista.
Con sus 22 escaños y 1,38 millones de votos, el PSOE supera al PP, que sólo fue capaz de traducir en 21 escaños los 1,28 millones de apoyos recabados en toda la región. El paso atrás de la formación liderada por Juan Manuel Moreno es considerable, en línea con el desplome a nivel nacional: aquellos 33 diputados de 2011 que certificaron un triunfo histórico y contribuyeron a llevar en volandas a Mariano Rajoy a La Moncloa han menguado ahora en 12 e incluso empeoran la cota de 25 de 2008, la ahora lejana cita electoral en la que Rodríguez Zapatero conservó el Gobierno central.
En la orilla de los emergentes, sonrisas y decepciones. Los lamentos, pese a celebrar el resultado en el que era el debut en unas elecciones generales, se intuían en la sede de Ciudadanos. La formación de Juan Marín había augurado que podría sumar una horquilla de entre 10 y 12 escaños a las aspiraciones de Albert Rivera de jugar un papel decisivo en la gobernabilidad de España. El baño de realidad de la formación naranja, que se ha tenido que conformar con apenas 40 escaños en la futura Cámara Baja, se ha dejado sentir también en Andalucía: sólo 8 escaños.
La satisfacción se respiraba en las filas de Podemos, que con 10 escaños repiten el tercer escalón en el podio de la politica regional al que ya se aupó en las autonómicas del pasado 22 de marzo. Abren brecha con C’s y aportan, con sus casi 750.000 votos, uno de cada siete diputados cazados por Pablo Iglesias en toda España, incluyendo sus alianzas en Cataluña y Galicia. La caída, y desaparición de representantes andaluces, tiene nombre: Izquierda Unida, que concurría con Alberto Garzón como referente y bajo la denominación de Unidad Popular, no ha podido mantener los dos representantes alcanzados en 2011 por las provincias de Sevilla y Málaga.
El resultado pudo ser incluso peor para el PP, que con el 50% de los votos escrutados quedaba incluso en la franja de los 20 escaños, frente a los 25 que por entonces marcaban los socialistas. Podemos según ese balance parcial lograba diez y C’s quedaba en sólo seis. El avance del otro 50% depuraría finalmente el reparto de los 61 parlamentarios andaluces.
Con casi el 98% de los sobres abiertos en toda Andalucía, los dos grandes partidos confirmaban su retroceso. El PSOE, por ejemplo, había cosechado a falta de sólo ese 2% algo más de 1,37 millones de votos, frente a los más de 1,59 millones de las generales de 2011. Mucho peor le fue al Partido Popular, que se tenía que conformar con 1,26 millones de papeletas cuando hace cuatro años casi se acercó a los 2 millones, aunque esa cota ya se comprobó que era muy complicado de mantener y se desplomaría posteriormente en las autonómicas de este año.
De las pocas alegrías para Sánchez...
Andalucía cumplió el guión previsto en campaña insuflando a Pedro Sánchez el mayor empuje en número de escaños. Se había dicho hasta la saciedad que los 61 diputados en juego en la comunidad eran decisivos, y así fue. La victoria de la formación liderada por Susana Díaz no sólo ha sustentado buena parte del resultado de su jefe de filas y candidato, sino que al 90% del escrutinio Andalucía era, junto a Extremadura, el único territorio en el que el PSOE lograba imponerse. En otras comunidades autónomas donde los socialistas gobiernan, como Comunidad Valenciana o Baleares, el PP fue el vencedor.
Una jornada sin incidentes
La cita en las urnas se vivió con absoluta normalidad en las 9.905 mesas electorales distribuidas por toda Andalucía, con apenas un puñado de anécdotas o problemas puntuales en la apertura de la jornada. En Jerez, por ejemplo, un ciudadano denunció que no podía ejercer su derecho al voto porque su nombre aparecía, por error, ya tachado en el listado de quienes ya lo habían hecho. En Otura (Granada) la equivocación de otro elector al introducir la papeleta en una urna que no le correspondía obligó a interrumpir la votación durante unos minutos. En el resto de casos, ausencia total de incidentes.