Fiel al guión previsto y recorriendo la senda del rechazo que ya le marcó el Consejo de Gobierno de la Junta el día 3, el Grupo Parlamentario Socialista sumó sus votos en el Parlamento de Andalucía a los de C’s y el PP para enterrar el Ente Público de Crédito, al menos en los términos en los que lo defendió IU. La gran paradoja es que el PSOE cierra la puerta a la toma en consideración de una proposición de ley idéntica al anteproyecto que incluso llegó a ser aprobado por la Administración autonómica en diciembre de 2014, hace poco menos de un año, cuando aún compartía Ejecutivo con la formación de Antonio Maíllo. La alianza se rompió, la legislatura se diluyó antes de tiempo y aquel texto murió en los cajones pese a contar incluso con una dotación presupuestaria de 18 millones.
Casi 12 meses después, IU sólo fue capaz de convencer ayer a Podemos, que le entregó sus 15 votos pese al augurado final estéril de la proposición. Estaba asumida la negativa del PP y de C’s, pero en la defensa de su voto la diputada socialista Noelia Ruiz hizo tanto hincapié en la coincidencia con el espíritu de la iniciativa que Maíllo, con tono irónico, confesó luego que incluso llegó a confiar en que finalmente le diera un sí.
No fue así porque los tiempos han cambiado. En público el PSOE esgrime que no puede regatear las objeciones que ha planteado el Banco de España, pero en privado lo que realmente subyace es que no está dispuesto a soliviantar a Ciudadanos, que no quiere ni oír hablar de un proyecto de banca pública cuyo germen, defendió una y otra vez ayer Maíllo, sería facilitar financiación a pymes y autónomos desde un modelo de gestión pública que combatiría las restricciones crediticias y cooperaría en el desarrollo económico andaluz.
Los socialistas insistieron en que comparten la espina dorsal de la propuesta, tanto que un día fue también suya, pero ven insalvables los obstáculos anunciados desde Madrid. El Banco de España dice dudar, por ejemplo, de si la futura entidad captaría depósitos privados. También recela del control ciudadano y recuerda que la supervisión le correspondería a él, no a una consejería. Tres años después de aquellos primeros pasos de la mano de IU, el PSOE se baja del carro.
"Tranquila, Ana Patricia"
Además de a sus nuevos socios políticos, IU intuye que el PSOE no está por la labor de inquietar a la banca privada, que ya mostró en la anterior legislatura su malestar ante el nacimiento de un ente que le pudiera arañar mercado. Maíllo incluyó la negativa de los socialistas en la estrategia de aquel “Tranquila, Ana Patricia [Botín], no habrá banca pública”, la frase con la que habría sosegado Susana Díaz a la presidenta del Santander.