Padres de la guardería privada La Casita, con centros en la urbanización La Cartuja y Olivar de Rivero, estudian interponer una demanda conjunta tras conocerse la detención de su directora el pasado miércoles como presunta autora material de un delito contra la integridad moral de los niños que acudían a su centro. Tras el revuelo y la alarma social originados tras trascender su arresto y su puesta en libertad con cargos y con una orden de alejamiento de 200 metros sobre ambos establecimientos, los padres de los niños fueron convocados en la tarde del pasado viernes a una reunión a la que acudieron las monitoras, la hija de la denunciada -que es coordinadora del centro de La Cartuja y visiblemente afectada- y el abogado de su madre.
Si el propósito inicial del encuentro era lanzar un mensaje de tranquilidad, y de hecho el letrado dejó claro en todo momento que las acusaciones a la encargada de la guardería eran “infundadas” y que ambos centros “tienen todo en regla”, la tensión se hizo evidente a medida que avanzó una reunión que se prolongó casi dos horas. A las preguntas de los padres sobre el contenido de los videos y audios aportados supuestamente por la ex trabajadora del centro cuya denuncia abrió la investigación del Servicio de Atención a la Familia (SAF) para sostener sus acusaciones y que habría ratificado una compañera, el abogado, que negó que los centros vayan a cerrar, aseguró que se trataba de “situaciones cotidianas e insustanciales”. Unas explicaciones que no convencieron a todos los presentes, si bien en la reunión también se puso patente la defensa a ultranza de muchas familias usuarias hacia la responsable de las guarderías. En el otro extremo, estaban otros padres más críticos y muy afectados por este suceso, que en un momento dado rompieron a llorar por la tensión preocupados por el contenido los videos y audios que presuntamente ha recopilado la policía, junto a testimonios de padres, educadores y personas relacionadas con la guardería.
“Amarrarlos y ducharlos”
Según fuentes de la investigación, los presuntos malos tratos físicos y psíquicos de los que se acusa a la directora y que se desprenden de los testimonios aportados en las diligencias y los videos y audios facilitados, consistirían supuestamente en un trato despectivo e inadecuado a niños por “amarrarlos” supuestamente con correas, lanzarles peluches, o “ducharles” cuando lloraban o se portaban mal, lo que tenía “aterrorizados” a algunos niños cuando en casa llegaba la hora del baño al asociarlo con un castigo. De momento, los padres se han organizado en un grupo de WhatsApp, el lunes irán a la oficina de la Unión de Consumidores de Cádiz en Jerez para asesorarse después del ofrecimiento que hizo esta entidad poniendo a su disposición su gabinete jurídico, puesto que ya sopesan interponer una demanda conjunta, aunque aún no hay nada decidido. En cualquier caso, ya hay familias que no llevarán a sus hijos a la guardería “hasta que no se aclaren los hechos”, según han confirmado a este periódico.
Entre la incredulidad y la indignación
Si bien la tónica generalizada de los padres con hijos en la guardería señalada es de sorpresa y defensa a ultranza a la directora, a la que califican de una “bellísima persona” asegurando que la denuncia “no tiene ni pies ni cabeza” ya que están “encantados” con el trato dado a sus hijos, hay otras familias que ponen en tela de juicio dicha realidad a tenor de la investigación abierta. Se basan también en los comportamientos anómalos detectados en sus hijos y que podría guardar relación con el trato de la acusada hacia sus descendientes en el ejercicio de sus funciones.
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