Un libro de Memorias dibuja con trazo firme la personalidad de su autor. Cuando se lee la gran aventura de Ramiro Rivera, uno no sabe si admirar más su inteligencia para elegir con acierto las metas científicas, su espíritu de luchador infatigable, su enorme capacidad organizativa o su magisterio. Pero, sobre todo, yo destacaría su insobornable honestidad a nivel humano y científico.
El libro que comentamos tiene además una trascendencia ultrapersonal. Es un trozo palpitante de la historia de una especialidad, la cirugía cardiovascular, que posee un pasado corto pero brillante, un presente vigoroso y un porvenir que quizá ni podemos imaginar. Por eso hay un recuerdo muy merecido a los grandes cardiólogos y cardiocirujanos, pioneros y sabedores de su protagonismo histórico. En ese contexto el Dr. Rivera tiene todo el derecho a ser considerado como tal. Es indiscutible e indiscutida su primacía en la moderna cirugía coronaria en España, con técnicas y resultados inigualables en el terreno de los bypass aorto-coronarios; pero también fue el iniciador del cateterismo arterial selectivo según la técnica de Seldinger, proceder decisivo para el progreso de la cirugía vascular; el primero en practicar en nuestro país la resección de un aneurisma de aorta abdominal con colocación de una prótesis; el que abrió paso a la embolectomía coronaria,…y un largo etcétera.
La expresión "memoria histórica", tan manida hoy día, se me antoja una estolidez, por su carácter redundante. Pero en el caso de las Memorias de un cirujano cardiovascular, sí que cabe calificarlas con propiedad de históricas, por cuanto que no se limitan al terreno personal sino que relatan una aventura que, desde nuestra actual perspectiva, podemos calificar de épica,
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