Me cuentan que el Sr. Jorge Romero, alcalde de Los Barrios, y su actual pareja se pasean a menudo con el conocido y potentado dueño de cierta empresa de la localidad. Me cuentan que el pasado mes de septiembre estuvieron el señor Romero y su principal partenaire –por aquello de que son aficionados a los toros– en Ronda con dicho hombre de negocios asistiendo juntos a La Goyesca. Hablo, por si no lo han adivinado aún, del mismo empresario que –como publicaba este diario justo esta semana– ha hecho de este mes de octubre su agosto obteniendo más de un millón ochocientos mil euros en contrataciones con el Ayuntamiento.
No es que sea ilegal que el primer edil de Los Barrios se vaya por ahí de excursión con el empresario o los empresarios que se le antoje. ¡Solo faltaba! Pero, desde luego, resulta poco estético. Igual que no sería nada estético que el actual presidente del gobierno, por ejemplo, saliera de tournée, de cuando en cuando, con Villar Mir o Florentino Pérez, antes o después de haber adjudicado a las empresas de estos obra pública por importe de unos cuantos milloncejos.
También me cuentan que el señor Romero no ha recurrido la decisión de los juzgados de archivar las denuncias que en su día presentó contra este conocido y potentado dueño de cierta empresa de la localidad, así como contra los gobernantes municipales de turno, por el cobro de la tasa de los residuos inertes procedentes de la factoría de Acerinox y por la supuesta venta encubierta del recinto ferial. Cosa harto extraña si se tiene en cuenta que, hasta la fecha, el señor Romero en los tribunales recurrir lo ha recurrido prácticamente todo.
Hablo, por supuesto, del mismo conocido y potentado dueño de cierta empresa de la localidad al que me refería al principio y al que, miren ustedes por donde, nada más llegar a la alcaldía el señor Romero le cedió en su totalidad, para su único y exclusivo lucro, el servicio de retirada de dichos residuos y el vertedero de titularidad municipal, así como los ingresos y los beneficios que la explotación de dicho servicio y la gestión de dicho vertedero generan.
El caso es que el hoy alcalde de Los Barrios no ha tardado mucho en habituarse a eso de quitarse de en medio los fines de semana en compañía de antiguos y nuevos amiguetes. Sin ir más lejos, este último apenas si se le vio el pelo por estos andurriales nuestros, aunque también ha de señalarse en su descargo que pelo, lo que se dice pelo, ya casi no tiene. Por no estar, no estuvo, ni en la convivencia de la asociación Aldea de Cucarrete, a la que tanto mimo dedicó el pasado año, ni en ninguno de los otros actos públicos organizados en el municipio, si no me equivoco. Al parecer, prefirió irse de montería a no sé donde y, ataviado de cazador, hacer realidad su sueño de sentirse por un día todo un señorito andaluz igual a los de antaño.
Como suele decir la Pastor, estos son los datos, suyas son las conclusiones. No obstante, lo que está claro es que quien ejerce en política y ocupa un cargo público ha de ser muy cauteloso con los gestos, con las formas y, sobre todo, con la elección de las personas con las que se relaciona. Aunque solo sea por aquello de que algunas amistades –que se lo pregunten, si no, a Rajoy– pueden resultar muy pero que muy peligrosas…
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es