El clima de crispación que domina el despegue de la décima legislatura dirige el dedo acusador de Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970) directamente hacia el PSOE y por extensión a Ciudadanos, formación con la que cree que los socialistas cerraron hace tiempo un pacto de gobierno. En el centro de los ataques, el presidente del Parlamento por las trabas impuestas a la oposición.
-¿Imaginaba un arranque de legislatura tan embarrado?
-La verdad es que no. Hay cosas que me han sorprendido, y no gratamente. En primer lugar que el PSOE, consciente de que no tiene mayoría absoluta, haya intentado maniatar al Parlamento desde el minuto 1, desde la propia composición de la Mesa. Y me ha sorprendido también mucho la actitud de Susana Díaz: no me esperaba de ella que por miedo a la democracia, a la pluralidad y a no tener mayoría parlamentaria prácticamente vulnerara y buscara subterfugios para impedir las iniciativas de la oposición. Y todo eso ha llevado a que acudamos a los tribunales.
-Se ha levantado el bloqueo en la Mesa del Parlamento a sus iniciativas, pero ahora pesan sobre ellas las nuevas exigencias decretadas por su presidente...
-Ha habido una modificación del Reglamento que implica mayores cortapisas e impedimentos a las iniciativas de la oposición, por eso acudiremos a los tribunales a defender los derechos de un 1,1 millones de ciudadanos, y sobre todo a defender la libertad y la pluralidad. Nunca en 33 años de Parlamento había pasado esto: hay jurisprudencia del Tribunal Constitucional que avala nuestras tesis de libertad para que cada grupo parlamentario presente sus iniciativas y que el Pleno y los diputados sean los que las apoyen o rechacen.
-Ahora existe incluso un informe que alerta del riesgo de caer en la ilegalidad...
-A pesar de ese informe se vulnera la legalidad y se hacen cosas que pueden tener consecuencias judiciales para algunos de esos representantes en la Mesa. A sabiendas de que va contra Derecho, de que hay jurisprudencia del Constitucional, de un informe del letrado en contra... A pesar de ello actúan por intereses partidistas y de mala fe. Y eso en Derecho es prevaricar. Vamos a estudiar la situación en la que pueden quedar muchos de ellos. Y después me ha sorprendido en estos primeros cien días la actitud de Ciudadanos, que hizo un discurso en toda España a favor de regenerar la vida pública y ahora son sostén y el bastón en el que se apoyan Susana Díaz y el PSOE. Votan las iniciativas del PSOE y son el cortafuegos de la oposición. Se han alineado claramente con el Gobierno, con el poder, con los de siempre.
-¿En qué lugar queda el presidente de la Cámara, del que exigen su dimisión?
-En estos cien días han desgastado al Parlamento y la responsable, la culpable, es la señora Díaz Pacheco. Ha puesto al frente de una institución fundamental para la democracia a un soldado del PSOE, a un dirigente político que es secretario general de los socialistas de Córdoba. No se han guardado ni siquiera las formas. El señor Durán es presidente del Parlamento, no de su partido, pero han puesto un esbirro ahí a las órdenes directas de Susana Díaz y solamente hace lo que le dicen. Ha dilapidado en cien días su figura y ha perdido la autoridad moral que debería tener.
-¿Le ha sorprendido que el Consejo de Gobierno haya entrado en la batalla y también sugiera que no se admitan a trámite las iniciativas de la oposición?
-Es algo inédito. La separación de poderes en democracia es elemental: el Ejecutivo gobierna y el Legislativo legisla y controla al Gobierno, pero la operación de Susana Díaz es controlar al Legislativo. Se ha dado forma a esa fórmula donde el Consejo de Gobierno va indicándole al presidente de la Mesa las iniciativas que no se deben debatir, con la connivencia y la complicidad de C’s y de un presidente que hace caso al Ejecutivo. Es algo sin precedentes.
-¿Está convencido de que hay más entre PSOE y C’s que un pacto de investidura?
-Bastante más. No sólo propiciaron la investidura de Susana Díaz, sino que cuando el PP ha podido ganar cualquier iniciativa se han abstenido o se han puesto a favor del Gobierno. Ha ocurrido en la comisión de investigación: fuimos los que la registramos primero, pero ellos copian la iniciativa y no votan la nuestra, pero nosotros sí la suya. Y todo porque había un acuerdo para que el PSOE votara la iniciativa de C’s y poner un presidente afín a las tesis socialistas. Lo hemos visto en la Mesa, donde por tres veces han paralizado iniciativas de la oposición. Estamos ante el nacimiento de un nuevo bipartito que tiene un acuerdo de gobierno en la sombra.
-¿Le molesta que le coloquen en una supuesta pinza con Podemos tras tumbar ambos el decreto ley de los interinos?
-No me molesta para nada porque no es cierto. Podemos y el PP no tenemos nada que ver desde el punto de vista ideológico, y de hecho no sabíamos lo que iban a votar ni creo que ellos supieran qué íbamos a hacer nosotros. Ni hubo conversaciones previas. Simplemente coincidimos en que había un decreto chapuza, que iba a judicializarse, que no iba a ningún lado, y que era un engaño a los funcionarios, una huida hacia adelante. Si hay alguien que le ha dado poder a Podemos es Susana Díaz, que le ha regalado la Alcaldía de Cádiz y tenencias de alcaldías en otras provincias.
-¿Espera algo de la comisión de investigación de los cursos de formación?
-Dependerá de la actitud de Ciudadanos. Mucho me temo que quieran amordazar también esa comisión. La prueba del algodón es si Susana Díaz comparece o no. Si lo hace prácticamente estaremos ante una comisión sin límites, pero si no lo hace porque Ciudadanos ponga límites estaremos ante una nueva chapuza, un nuevo contubernio entre Ciudadanos y PSOE.
-Pero Albert Rivera ha sugerido que sí debería comparecer...
-Aquí en Andalucía Ciudadanos va por libre. Y es algo sorprendente, porque día a día corre el riesgo de convertirse en un simple apéndice del PSOE.
-¿Las protestas de la Junta contra la regla de gasto tienen fundamento o son también munición electoral?
-Es munición electoral, como esa vieja cantinela de Chaves en los 90 cuando gobernaba el PP en España y la culpa era siempre del Gobierno central. Es recurrente: si las cosas no funcionan no es porque ellos no sepan gestionar o gobernar, sino porque los demás somos muy malos. La regla de gasto es igual para todo el mundo pero sólo se queja Andalucía. No es un problema de recursos sino de gestión, y Susana Díaz es una pésima gestora.