Se llama Milián Oneto, es de San Fernando, tiene 33 años, es madre de mellizos y será la primera mujer que forme parte de uno de los grupos consagrados del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas en la categoría de adultos. Milián es cantante profesinal. Su último trabajo fue acompañar a José Mercé haciéndole los coros en su gira Amanecer. Jesús Bienvenido le propuso entrar en la comparsa y no se lo pensó dos veces. Le contestó con un rotundo “sí”. Para ella es un sueño cumplido.
¿Cómo está dos semanas después de que Jesús Bienvenido diera a conocer que pasaría a formar parte de su grupo?
—Muy contenta, para mí es un sueño. Nunca imaginé que un grupo de estas características pensara en mí para dar este paso tan importante y tan arriesgado. Aún no me lo creo.
¿Cómo surgió?
—Jesús Bienvenido ya me tiró la caña el año pasado y la verdad es que aluciné. Para mí es un honor porque es una agrupación que admiro mucho. Finalmente la cosa no cuajó porque el grupo no lo tenía claro. Este año va al Falla con un conjunto renovado y volvió a llamarme antes confirmar que salían. Jesús me dijo que tenía muchas ganas de introducir a una mujer, en este caso a mí, y yo encantada.
¿Cuándo la llamó?
—Minutos antes de confirmar que participaba en el concurso del año que viene. Hablamos esa misma mañana.
¿Cómo se conocieron?
—En realidad no lo recuerdo. Dentro del gremio nos conocemos todos, pero no sé si es de eso o si me conocía a través de mi marido, que es pianista y ha trabajado con él. Además tenemos amigos en común como David Palomar o Anabel Rivera.
¿Nos puede contar algún apunte de su trayectoria profesional?
—Llevo cantando profesionalmente desde 1998. He participado en discos de otros cantantes y en varias giras como la de José Mercé. Además tengo mi propio proyecto de boleros que es con lo que estoy trabajando ahora.
¿Cómo piensa compaginar los ensayos con su vida laboral y familiar?
—Me imagino que va a ser duro, pero tengo el apoyo de mi familia. Mi marido, al ser músico, tiene horarios bastante flexibles, y además tiraré de los abuelos, como hacemos la mayoría de las madres.
¿Conoce a sus compañeros de grupo?
—Estamos pendientes de la primera reunión, que me imagino que será en breve. Es la primera vez que participo en el COAC, así que no conozco cómo funciona esto. Por lo que he escuchado sé que empiezan a ensayar en septiembre, pero en el caso de un grupo como éste supongo que la exigencia será aún mayor.
¿Es consciente de que será el centro de todas las miradas cuando se alce el telón?
—(Ríe). Me lo dice todo el mundo. La verdad es que no soy consciente de que todas las miradas van a ir hacia mí, pero sí de que trasciende y de que es un regalo porque hay mujeres que llevan mucho tiempo currándoselo en el mundo del Carnaval. En un grupo de este nivel no se ha visto ninguna mujer. Espero no ser la única a partir de ahora.
¿Puede ser usted quien abra el camino a las demás?
—Pues mira, me alegraría, porque estoy segura de que podemos aportar mucho. Eso sí, quiero decir que no es gracias a mí, ni mucho menos. Es Jesús Bienvenido quien ha abierto la puerta y quien arriesga y apuesta por nosotras.
¿Le ha dicho ya qué papel desempeñará dentro de la comparsa?
—No tengo ni idea. No hemos hablado de eso todavía. Lo primordial es trabajar para que las voces empasten bien y que el conjunto suene armónico. Imagino que lo que buscará de mí será que aporte a la comparsa un color y una armonía nueva. Pero no lo hemos hablado.
¿Qué espera de esta experiencia?
—Pasármelo muy bien, disfrutar, no perder detalle, vivirlo todo con intensidad y conocer a gente nueva. Tengo muchísimas ganas de vivir esta experiencia. Me hace una ilusión tremenda y más hacerlo de la mano de un compositor como Jesús Bienvenido. Como he dicho antes, ha sido un regalo y no quiero defraudar a nadie.
Pues mucha suerte y a dejar el pabellón de la mujer bien alto.
—Eso intentaremos. Aunque ya la mujer ha demostrado con creces lo que es capaz de hacer en las tablas del Falla. Han salido muy buenos grupos, esto es una nueva forma que se nos presenta.