La teoría de los denominados SALARIOS DE EFICIENCIA mantiene, contra la teoría general, que un mayor salario provoca una mayor productividad y no a la inversa. En definitiva se trata de fija un salario por encima del precio de mercado con el fin de aumentar la productividad del empleado. El salario de eficiencia supone un incentivo para el trabajador, ya que sabe que si pierde el trabajo nunca cobrará un salario igual.
Pues bien, parece que el nuevo equipo de Gobierno del Excmo. Ayto. de El Puerto de Santa María (el llamado Tripartito) se ha apuntado a esta teoría propia del neokeynesianismo. Lo cierto es que la aplica de un modo un tanto peculiar. Y es que es un salario auto asignado, es decir, no se trata de incentivar al empleado sino de autoincentivarse. Al más puro estilo Juan Palomo.
Pero, ¿incentivarse para qué? ¿para una mayor productividad? No creo que obtengamos ese resultado en este concreto supuesto, ya que realmente la permanencia en el puesto no dependerá de unos parámetros productivos claros. Al fin y al cabo su permanencia la determinará el resultado de las urnas dentro de cuatro años.
Lo que sí que parece evidente es que el salario supone un claro incentivo para el trabajador – en este caso edil- ya que si analizamos los currículos de los componentes del nuevo equipo de gobierno de la corporación municipal, difícilmente encontremos a alguno que haya cobrado con anterioridad o sea capaz de cobrar con posterioridad las sumas que ahora se auto asignan.
Evidentemente se conseguirá el efecto pretendido tal como defiende la teoría neokeynesiana. EL APEGO AL PUESTO.
Y todo ello sin entrar en el incumplimiento de promesas electorales (Sr. Fernández el triple de 1 manzana son 3 manzanas y no 8 peras. Ya sabe brutos netos y esos malabares utilizados para confundir).
