Insultos y compostura

Publicado: 12/06/2015
Qué lejos están de aquellos maestros del insulto que eran ejemplo impecable de insultar con arte.
Mañana sábado quedarán constituidas todas las corporaciones locales y regionales de nuestra tan querida patria, y es una pena ver tanto insulto al rival político, es una pena escuchar vocablos que hieren profundamente al adversario. Muchos de nuestros políticos tienen una tendencia patológica a proferir insultos y comentarios despectivos o socialmente inapropiados, incluso obscenidades.

Qué lejos están de aquellos maestros del insulto que eran ejemplo impecable de insultar con arte. He podido leer que en el Parlamento británico, durante un discurso de Churchill, una parlamentaria pidió la palabra: “Señor Ministro, si fuera mi marido vuestra excelencia, yo pondría veneno en su café”. A esto que Churchill respondió: “y si yo fuese su marido, me lo tomaría”. Cuánta sutileza.

Venimos observando desde hace unos años que se ha perdido la compostura en el hablar, en el vestir, en las formas y en el fondo; sólo quieren sillones desde donde poder mandar y tener el cajón a mano para desvalijar.

Desde luego no es mi intención generalizar a pesar del alto índice de corrupción existente tanto en el Partido Popular como en el Partido Socialista. En Andalucía hemos batido el récord de la indecencia con mil personas imputadas y seis mil millones de euros defraudados.

Así pues permítanme calificar a muchos de nuestros políticos con epítetos como gaznápiro, bodoque, merluzo, pintamonas, fantoche, adefesio, payaso, ridículo, cretino, informal y, sobretodo, cantamañanas, qué son los que adquieren compromisos incapaces de cumplir. Creo que en las próximas elecciones no votaré.

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