Aunque a medidos de abril el presidente de Asaja Andalucía, Ricardo Serra, anunció que no se iba a esperar sine die y que si antes del 7 de mayo no se obtenía una respuesta positiva a las demandas del sector agrario se volverían a las manifestaciones, Cristóbal Cantos explicó que el cambio de Gobierno en Andalucía ha aconsejado prolongar ese plazo.
En principio se había fijado la reunión con la nueva consejera para ayer mismo, pero Clara Aguilera celebró un encuentro con Coag, UPA y Faeca, quedando pendiente la de Asaja para una fecha que no precisó.
El secretario general de Asaja considera que la situación que motivó las protestas no ha cambiado en absoluto, todo lo contrario, ha empeorado. “El campo es un ente vivo” explicó, añadiendo que para mantenerse y no morir “necesita ser alimentado”. Por eso, expresó su deseo de que el símil de los “brotes verdes” usado por el Gobierno para hablar de una mejoría en la crisis, no sea al final “un espejismo” que esté mostrando “malas yerbas”.
En todo caso, el problema más urgente es el financiero, sobre todo de cara a las próximas recolecciones que no se pueden afrontar sin liquidez y con precios bajos, ya que los agricultores quedarían completamente en manos de los compradores sin garantías ninguna.
Reuniones de la consejera
La nueva consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, mantuvo un encuentro ayer con representantes de las organizaciones agrarias Coag y UPA. En este último encuentro, su secretario general, Agustín Rodríguez, pidió a la consejera que impulse las órdenes pendientes que permitan aportar liquidez, a la vez que mostró preocupación por los bajos precios, especialmente, aceite, frutas, hortalizas, leche y otros productos ganaderos.
En el encuentro con Coag, al que asistió su secretario general, Miguel López y el secretario de organización, Eduardo López, se abordaron cuestiones como la necesidad de agilizar las gestiones de la política agraria, obteniendo el compromiso de publicación de algunas órdenes claves para el desarrollo de la actividad. En concreto, se trató la problemática de los precios en origen, ya que su hundimiento, unido al incremento en los costes de producción, está suponiendo una perdida notable de la rentabilidad del campo. Todo ello se produce en ausencia de mecanismos de regulación del mercado, “cuyas normas están configuradas para defender el interés de las grandes industrias y cadenas de distribución, sin margen para alcanzar acuerdos sectoriales”.
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