La tiza tiene los días contados

El instituto jerezano Fernando Quiñones es uno de los primeros en incorporar a sus aulas las pizarras digitales

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  • La profesora Mirta Rodríguez tomó la idea de un centro escolar inglés
  • Las utilidades de esta herramienta educativa son casi infinitas
Ya no hay duda. La tiza tiene los días contados. Y es que el instituto Fernando Quiñones ya utiliza la pizarra digital en algunas de sus clases. Este centro jerezano, situado en la calle Caulina, cuenta con un novedoso sistema que consiste en un ordenador conectado a un vídeo-proyector que reproduce la imagen de la pantalla sobre una superficie desde la que se puede controlar el ordenador, hacer anotaciones manuscritas sobre cualquier imagen proyectada, así como guardarlas, imprimirlas, enviarlas por correo electrónico y exportarlas a diversos formatos. Además, también se puede conectar a internet, convirtiéndose además en un espacio idóneo para ver películas, documentales, grabaciones,... Y es que sus posibilidades son casi infinitas y, encima, no dejan huella.

La encargada de desarrollar este innovador proyecto es la docente Mirta Rodríguez que ha llevado su pasión por las nuevas tecnologías a las aulas de este centro escolar, consiguiendo captar la atención de todo su alumnado en sus clases de inglés.

Aunque este instituto está siendo adaptado a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la iniciativa de incorporar cinco pizarras digitales a las clases partió de un viaje que Mirta Rodríguez realizó a un centro educativo inglés, “donde me quedé maravillada con todos los usos que se le podían dar a las pizarras que allí tenían los estudiantes”. Entonces, y ante la falta de recursos públicos, el claustro de profesores secundó la idea de esta docente que, aprovechando la renovación de los libros del centro, solicitó a las editoriales “que nos regalaran cinco de estos sistemas eBeam” compuestos por un receptor, el software y el lápiz digital, completándose el equipo con un proyector.

Funciona mediante infrarrojos
¿Pero cómo funciona? La imagen proyectada es recogida por el sensor/receptor por medio de ultrasonidos e infrarrojos. De hecho, cada toque del lápiz en la pantalla emite un pequeño sonido para que lo reciba el sistema. La utilidad de este eBeam es clara, ya que puede funcionar como ratón y posteriormente guardar el resultado. Mirta Rodríguez comenta que, “al principio, cuando los alumnos vieron esta pizarra se entusiasmaron pero, ahora, que ya saben cómo se utiliza, no están tan contentos puesto que con este sistema da tiempo a hacer muchas actividades, ¡muchas más que en una clase ordinaria!”. Aun así, los estudiantes tendrán que resignarse pues la tiza está en serio peligro de extinción.


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