Panes y algo de golf

La cuestión social vista por un pepero de pro y gomina llamado Bonilla es cosa que maravilla y airea lo mejorcito de la Málaga pijoguay y pepera. Mira, Moreno: a un padre: cincuentón y en paro: le ha caído un puro de casi cuatro mil euros por cometer el crimen horrendo de tapar sus hambres y las de

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

La cuestión social vista por un pepero de pro y gomina llamado Bonilla es cosa que maravilla y airea lo mejorcito de la Málaga pijoguay y pepera. Mira, Moreno: a un padre: cincuentón y en paro: le ha caído un puro de casi cuatro mil euros por cometer el crimen horrendo de tapar sus hambres y las de sus hijas y las de su parienta vendiendo pan por la calle. Se negó a mendigar, dijo no a cualquier violencia y, bollo a bollo, amasaba la descomunal fortuna de unos quince euros  por día: algo más de lo que vale una acción de Telefónica en el IBEX 35.

Ricardo Cabello se llama: uno más entre los muchos millones de desgraciados a los que el peperío nacional de Rajoy, Montoro y Blesa otorga la condición laboral que media entre un virus y una bacteria. Para las derechas todas que en Europa son, estos Ricardos Cabello suponen poco más que la consecuencia o el daño colateral del capitalismo sin freno que lo mismo salva el culo de Rato que hunde a Grecia.

Un parado de larga duración: uno de tantos, ya digo, al que los proletas de la limpieza de Málaga podrían haberse topado tieso cualquier mañana de estas en cualquier banco de cualquier paseo o alameda. Pero no, mire usted, que don Ricardo Cabello, se puso un pasamontañas, ya digo, cargó el carrillo de mano con explosivos a base de trilita de migas de pan y se lanzó por calles y mercadillos y porterías voceando su peligrosa mercancía, a resultas de lo cual el ayuntamiento malagueño lo multó: supongo que por especular en acciones del Mollete Bank sin permiso de la Merkel: con 3.300 euros, que, recargo a recargo, ya frisan los tres mil ochocientos. ¿Queda un algo de caridad en el ayuntamiento de Málaga? ¿Es de recibo que mientras un padre de familia: cincuenta años y en paro: puede acabar perdiendo lo poquito que tiene ―incluida la salud― los que hundieron Caja Madrid, los que reventaron Banca Catalana, los que se fumaron Rumasa y Nueva Rumasa, los que tenían sus vergüenzas en Banco Madrid y mil negros etcéteras más anden haciendo la ola pepera en los mítines de Bonilla, el tal Moreno Bonilla? ¡Digo! Y como si tal cosa.

A algunos no habría que meterlos en la trena: bastaría con obligarlos, seis meses no más, a ganarse la vida pregonando pan barato. Lo peor de esta derecha de caspas y moralinas ―Siente Un Pobre A La Mesa―  es que te pega y no te deja llorar.

Sin embargo, el refranero es infinito y ya se sabe que si en algo acierta es en el dicho ese del perro flaco al que todo se le vuelven pulgas. No falla. Y en el caso de Ronda es que la clava.

Recibo un guasap avisando que el engendro aquel de Los Merinos: recuerda: se ha ido definitivamente al carajo, vamos que ni golf, ni verdes praderas ni hoteles putamai ni mastines con cadenas, que si te he visto no me acuerdo: punto y final al genocidio de lentiscos y encinas. Y si solo fuera eso… Pero sucede que los paganos del fiasco van a exigir al ayuntamiento la devolución de las cantidades que, galgos o podencos, fueron entregando a cuenta de una urbanización que ya nunca se ejecutará.

O sea que los rondeños tendremos que aflojar 17 millones de euros por la imprevisión de unos cuantos sabihondos a la carrera, lo que supone, grosso modo, unos 500 por barba. Lo dicho, que al perro flaco todo se le vuelven pulgas. O sanguijuelas. O chinchorros. O bacterias…  Así las cosas, mientras el cielo se nos viene encima en forma de ruina y más deuda, el ayuntamiento se ha convertido en Cartuja y búnker: todos callan o se enrocan en el yonohesido, yonofui, yonoestaba.

No obstante y por aquello de mal de muchos, consuelo de tontos, sepa que si son cuatro en casa tendrán que ir aflojando dos mil euros para tapar el boquete que nos deja un puñado de visionarios y aventureros de un tinglado que empezó mal, siguió muy mal y acabó peor.

¿Cómo se come que el único criminal de los mercados sea el vendedor callejero de pan? Comparen, pasen y voten. Sic transit gloria mundi.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN