El pleno ordinario del mes de abril del Ayuntamiento de Pozoblanco tuvo de todo, comenzando por un intenso debate generado por la retirada de una moción presentada a última hora por lo concejales socialistas, pasando por el abandono del pleno de los dos concejales de IU, el despliegue de una pancarta y la muestra de 3.500 firmas de apoyo al alcalde y todo esto acompañado por gritos, abucheos y constantes llamadas al orden por parte del presidente del pleno.
Aprobados todos los puntos del orden del día sin mayores complicaciones ni debates, se procedió a la lectura de la moción de censura presentada a última hora por los concejales socialistas, en la que se pedía la retirada del sueldo al alcalde sustentada en la falta de gobierno que sufre el Ayuntamiento de Pozoblanco, tras la revocación de dos concejales y la consiguiente dimisión del resto de concejales socialistas de sus tenencias de Alcaldía y como miembros de la Junta de Gobierno Local. Aunque la moción fue presentada apenas minutos antes del pleno, a nadie pilló por sorpresa, comenzando por el propio secretario, quien dio lectura a una serie de justificaciones por las que dicha moción era ilegal, matizando que dicha moción estaba motivada por un acto de mala fe al querer dejar sin remuneración al alcalde cuando éste, además de realizar su trabajo, ha asumido más competencias, por lo cual podría ver vulnerados sus derechos. El secretario aclaró que corresponde al alcalde, a través de los decreto de Alcaldía, modificar la remuneración y liberalización de los concejales y no a éstos.
La respuesta del grupo socialista a esta aclaración el secretario no se hizo esperar, argumentando el portavoz del Psoe, Serafín Pedraza, que “esta actuación deja claro quien está aquí para defender lo público o por otros intereses”, ya que según Pedraza corresponde al pleno solucionar la situación de crisis que atraviesa el Ayuntamiento de Pozoblanco. El PP también llevaba preparado un guión y su portavoz, Baldomero García, hizo lectura del artículo 35 de la Constitución Española sobre el derecho al trabajador a percibir una remuneración por su trabajo, argumentando así la incoherencia del moción presentada por el grupo socialistas y calificando de “puñalada barriobajera” la que los concejales socialistas habían dado al alcalde.
La reacción del los grupos de la oposición, PA e IU, fue similar, ya que ambos no quisieron entrar en el debate al considerar que primero se debía aprobar la urgencia de la moción antes que discutirla. La decisión del alcalde de no incluir la moción socialista provocó que los concejales de IU abandonaran el plenario en el turno de ruegos y preguntas, acusando a Benito García de desinformar a la oposición dándoles la oportunidad de cometer una ilegalidad con la connivencia del secretario.
En el turno de ruegos y preguntas fue cuando los portavoces de los distintos grupos políticos plantearon posible soluciones a la situación de crisis del gobierno municipal. El alcalde, Benito Garía, informó que tras la revocación de dos concejales con “intención de reactivar el Ayuntamiento” y la dimisión del resto, se vio obligado a enviar cartas al resto de concejales con la idea de pactar una nueva Junta de Gobierno Local, ante lo cual los grupos de la oposición mostraron su negativa. El PP pidió la dimisión de los 7 concejales del Psoe, incluido el alcalde, como única solución a la crisis, aunque Baldomero García presentó otra opción y ésta pasaba por formar gobierno según el orden de concejales que establece la ley electoral D'Hont, propuesta que no contó con el apoyo necesario. Por su parte, el PA planteó un gobierno de concentración, mientras que Benito García de Torres manifestó que no estaba en sus planes dimitir e instó al resto de grupos a “sed valientes y presentarme una moción de censura”.
El público asistente al pleno aprovechó el receso para mostrar las 3.500 firmas de apoyo al alcalde que se habían recogido desde que saltó la crisis, además de mostrar una pancarta que tuvieron que guardar por orden expresa del presidente del pleno.