La campaña ha comenzado

Publicado: 03/02/2015
Creo humildemente, que son otros tiempos y por tanto han cambiado los lenguajes y también la forma de comunicar los mensajes políticos
Aunque la primera de las elecciones para este 2015 no se celebrará hasta el 22 de Marzo, fecha en  la que la Presidenta de la Junta  Susana Díaz nos ha llamado a las urnas a todos los andaluces y andaluzas, y por tanto la primera de las campañas oficiales no  se iniciará hasta quince días antes; la carrera por el poder en cada una de las instituciones, autonomías, ayuntamientos y gobierno de España, ha comenzado.

Y los distintos expertos en psicosociología y politología afirman una y otra vez, la carencia de liderazgos en la sociedad actual en un año en el que quizás estemos asistiendo a un cambio de ciclo. Un tiempo distinto con otros personajes que no vivieron la transición democrática ni votaron la actual Constitución de 1978.

Claro está que no pueden establecerse falsas generalizaciones sobre la capacidad de los líderes, porque si no hay están los ejemplos de Susana Díaz y Pedro Sánchez en el PSOE o el propio Pablo Iglesias en PODEMOS, que han supuesto un cambio generacional mientras que sinceramente no veo esa  misma transformación en la derecha, y en el PP las nuevas generaciones no acaban de arrancar y los de siempre continúan aferrados al poder

Creo humildemente, que son otros tiempos y  por tanto han cambiado los lenguajes y también la forma de comunicar los mensajes políticos. Hoy en día las redes sociales y los medios digitales ejercen una gran influencia sobre la opinión social y ser un sujeto activo en la globalización de cualquier contenido o información ocurre cada segundo, propiciando y estimulando movimientos ciudadanos que antes hubiesen requerido más tiempo y esfuerzos.

De todas formas hay cosas que perviven y al igual que cualquier comunicador, un buen candidato o candidata, lejos de fenómenos virtuales o mediáticos  ha de saber atraer la atención de la ciudadanía, ha de provocar empatía en  los demás, ha de seducir, convencer y enamorar al electorado, de tal manera que cuanto más se le conozca más se le vote.

Así, nosotros como gente del sur, que somos de una cultura en la que la cercanía y el tocarnos forma parte de nuestra idiosincrasia, no podemos entender como haya aspirantes a representarnos que les tengan miedo a la calle y al contacto con la gente.

Y en esa cercanía con el ciudadano no debe haber nada más importante que su recepción, ningún móvil que nos interrumpa  ni ningún mensaje ni whatsapp que recibir, y ser un buen conversador no un charlista que lejos de hacer gala de una buena formación académica y una cierta inquietud intelectual, se ha aprendido cuatro latiguillos y los suelta sin venir a cuento pero con la intención de impresionar.

También deben entrenarse los candidatos y candidatas para no ser excesivamente influenciables por las alabanzas de algunos aduladores que solo buscan sus intereses particulares, y tener la  salud y la higiene mental para saber encajar las críticas con deportividad  y sin creerse el ombligo del mundo.

No deberían olvidar nunca, que cada paso que den  puede ser noticia, que los focos ahora se dirigen hacia su persona y que la opinión pública les reclamará información y estarán sometidos a un juicio continuo. De ahí la importancia de la coherencia en su comportamiento para que la gente vea que hay una correspondencia entre lo que dice y lo que hace.

Pero sobre todas las cosas, además de su capacidad de trabajo, su buena imagen y su generosidad, la gente les va a exigir cada  vez más  hechos y resultados. Suerte a todos y todas los que han emprendido la carrera democrática de ser merecedores de la confianza de los ciudadanos y ciudadanas y juego limpio.
                   

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