El parto de la nueva Andalucía

Publicado: 26/01/2015
Dices tú, ayer mismo, de adelanto. Yo ya, a ese respecto, hace tres lunes, dejaba caer por aquí: “A la previsión cierta de elecciones municipales en mayo y generales en noviembre, se suma, dada la ilimitada e incontrovertible ambición de la presidenta de la Junta y líder del PSOE regional, Susana Díaz, la posibilidad –ampliamente barajada- de un adelanto de los comicios autonómicos andaluces. Si Díaz, entre bastidores orgánicos, sigue cuestionando el liderazgo de Pedro Sánchez, ¿qué mejor estrategia-lanzadera que unas elecciones al Parlamento de Andalucía el 15 o 22 de marzo? Así, Susana atajaría una mayor penetración/conocimiento en la Comunidad de sus principales contrincantes: Podemos y el popular Moreno Bonilla. El anticipo de la cita con las urnas no le vendría tampoco mal al socio, IU”.


¿Qué ha pasado después? El entorno de la presidenta se ha cansado de repetir que el pacto con IU no lograría sostenerse, dada la actitud levantisca del socio. Sin embargo, Maíllo y compañía se hartaron de replicar que las tensiones no debieran impedir que el mandato se agotara. A la postre, seguramente cuando estés leyendo esta crónica, convendremos que estas tres o cuatro últimas semanas respondieron a un escenificación política inconmensurable. El parto de Andalucía. Susana, con la confirmación de su primer embarazo, ponía en marcha la maquinaria interna hacia el adelanto electoral. 22 de marzo, el domingo perfecto de azahares en sortilegio de primavera, preñados de presentimientos de poder y muerte.


Vísperas de Semana Santa, votos en flor de la crisis que vino para quedarse. Díaz Pacheco afronta desde Triana la consagración de su esperanza macarena: un triunfo sin paliativos, su primera victoria personal en unos comicios. Juanma Moreno, el invento de Arenas para rejuvenecer la alternativa popular a San Telmo, criticaba un recorte inopinado de la legislatura a solo dos meses de las elecciones municipales. Doble gasto, tal y como está el patio. Lo mismo da este marzo que el siguiente, en solitario en todo caso, responderá la lideresa, madre de estreno a partir de julio. El Gobierno que nazca del 22-M entrará en campaña inmediatamente, sin dar un segundo de tregua. Totum revolutum. Una concatenación infame de Carnaval, Elecciones Andaluzas, Semana Santa, flamantes Parlamento/Gobierno andaluces, Romería de la Virgen de la Cabeza, Expoliva y Elecciones Municipales. De tirón. Luego vas y lo twiteas. Casi nada.


María Jesús Montero o Mario Jiménez, a la sombra de Susana, en un segundo plano, a la altura de una futura vicepresidencia del Ejecutivo de Andalucía, vislumbrándose/postulándose para suplir a la jefa en caso de ascenso. La consulta andaluza, por un lado, separada saludablemente de las municipales de mayo, donde Pedro Sánchez, globalmente, pasará –como Díaz en Andalucía dos meses antes- una auténtica prueba de fuego. Si Susana Díaz continuara gobernando y el PSOE de Pedro hiciera balance de gestión en clave de fiasco electoral 64 días después, el cónclave socialista de julio para la designación de candidato a la Moncloa estará definitivamente inclinado. Será un congreso similar a aquél en que Felipe González fue elevado a los altares después de renunciar al marxismo y pasar varios días de ayuno en el desierto. El partido en bloque le devolvió el poder, todo el poder, en loor de multitud. A Susana podría ocurrirle algo similar, horas más tarde de parir la nueva Andalucía. Un buen nombre, ¿por qué no?, sugiero, si es niña.

Justificados

Cromos. El escenario del adelanto electoral pilla a Fernández de Moya en aparente fuera de juego. No así a Paco Reyes, que cuenta con Micaela para encabezar una lista a Las Cinco Llagas sin Mar, Zarrías, Vallejo, Avila y cualquier otra esfinge similar del pasado. Angeles Férriz cambia La Carolina/Jaén por Sevilla. Pero José Enrique tendrá que decidir quién principia una relación de candidatos autonómicos donde Contreras sería un exceso; Miranda, un pecado; y Ángeles Isac y Javier Calvente tienen que reservarse para aspirar a sus respectivas alcaldías. ¿García Anguita? El tranvía, por cierto, estará doblemente en campaña.


Fitur. ¿Qué mejor escaparate para debatir sobre el futuro de la Catedral? La promoción de la candidatura de la Seo de Jaén, subsumida en el exitoso y controvertido expediente de Úbeda/Baeza, o absolutamente fuera de él, fuera de sí, voto a bríos, un bien incomparable cuya preservación por la Unesco se justifica por los repetidos olvidos presupuestarios para su conservación por parte del Estado y de la Junta. La presencia este año en Fitur de la Catedral de Jaén, pues, se antoja imprescindible. A los hoteles de cinco estrellas que se proyectaron en Frailes y Úbeda, camino de su materialización, no les faltan motivos. Ni a la eterna promesa del Parador de Alcalá. Ni a la precongelada iniciativa de turismo sostenible de Úbeda/Baeza. Ir a Fitur, un año más, con el conocido soniquete  ‘¿Qué hay de lo mío?’, está más que justificado. Sea.

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