La incorporación de Rosa Aguilar, hasta ayer mismo alcaldesa de Córdoba por IU, al Gobierno de José Antonio Griñán para hacerse cargo de la Consejería de Obras Públicas y Transportes ha eclipsado por completo la toma de posesión del nuevo presidente andaluz así como del resto del Ejecutivo autonómico. Aguilar, que entra en el Gobierno como independiente, renunció ayer a su acta de concejal por Córdoba y dimitió como alcaldesa en medio de las críticas de destacados dirigentes de IU y con el beneplácito de los socialistas, encabezados por José Antonio Griñán, quien destacó su “capacidad, competencia y sensibilidad de izquierdas”.
A pesar de que acudieron centenares de personalidades (muchísimas vinculadas a la economía andaluza e incluso nacional) para acompañar a José Antonio Griñán en su toma de posesión como nuevo presidente de la Junta de Andalucía, el protagonismo se lo llevó Rosa Aguilar, quien aceptaba la propuesta de formar parte del nuevo Gobierno andaluz como consejera de Obras Públicas y Transportes, relegando así al hasta el miércoles confirmado -por el propio Griñán a este medio- repetidor Luis García Garrido, que como buen hombre de partido ha aceptado con dignidad su relevo, la misma que derrochó a lo largo del acto Francisco Vallejo, el otro gran derrotado con la renovación.
Aguilar se trasladó hasta Córdoba para, tras renunciar a su acta y dimitir como alcaldesa, dar las explicaciones pertinentes: “Ha sido una decisión personal”, motivada por el hecho de compartir los principales objetivos del Ejecutivo andaluz, convencida de que su nuevo cargo le va a permitir “hacer mucho” por su Córdoba natal y asumiendo su responsabilidad con “fuerza, ilusión compromiso y convicción”.
Desvinculación formal de IU
Ni Griñán le ha pedido que renuncie a su militancia en IU ni nadie de los socialistas que han opinado sobre su incorporación al Gobierno andaluz. Eso sí, tras hablar con Diego Valderas y Cayo Lara (dirigentes andaluz y nacional de IU), según Aguilar, se ha producido su “desvinculación formal” de la coalición de izquierdas, de cuyo seno han partido fuertes críticas por su decisión, que la ya ex alcaldesa no ha querido contestar “por respeto”.
Calificaciones como “deslealtad”, “pérdida de credibilidad”, “error” o “si se marcha una rosa, vendrán miles de rosas y miles de claveles” vertidas desde dirigentes de IU, se contrarrestaron con las muestras de apoyo por su “capacidad de gestión” de los socialistas, incluida la dirección del PSOE andaluz, a quien Griñán exponía ayer la composición de un Gobierno que, sin saber cómo, según reconocía, ya estaba ayer en todos los periódicos.
Aguilar también acudía al acto de toma de posesión de Griñán en el Parlamento andaluz, restando protagonismo al propio presidente y a los asistentes: Manuel Chaves, ya como vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial; Bibiana Aído, titular de Igualdad; Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE; todo el Gobierno en pleno -el entrante y el saliente-; y numerosos invitados, entre los que destacó la familia del nuevo presidente, a cuya madre y a cuya esposa dedicó Griñán un agradecimiento que hizo extenso a buen parte de su familia y a muchos de sus colaboradores, presentes en el acto y muchos de ellos emocionados. El sentimiento también se trasladó a Chaves, al que se le saltaron las lágrimas tras fundirse en un abrazo con Griñán.
El ya presidente prometió su cargo y, entre emotivo y sentimental, articuló un discurso de agradecimiento y de compromiso: “dedicaré todos mis afanes y anhelos a los hombres y mujeres de Andalucía sin ninguna distinción”. Para dar cuenta de su futuro gobierno, afirmaba “creo profundamente en el artículo 9 de la Constitución que obliga a los poderes públicos a hacer efectivos sus derechos”, y para ello, añadía, “he seleccionado a los mejores”.
El nuevo gobierno
Confirmados todos los miembros del Ejecutivo andaluz, a excepción de la incorporación sorpresa de Rosa Aguilar que relega a Luis García de la Consejería de Obras Públicas y Transportes, José Antonio Griñán ha elaborado un equipo con nueve mujeres y seis hombres, entre los que destacan, además de la ex alcaldesa de Córdoba, la secretaria de Política Autonómica del PSOE, Mar Moreno (área que no abandonará “hasta que el partido no lo decida”) al frente de Educación, departamento prioritario para el presidente, y el vicesecretario general del PSOE andaluz, Luis Pizarro, que asumirá Gobernación, aunque con menos competencias, puesto que Consumo pasará a Salud.
Estas incorporaciones de marcado carácter político contrastan con la apuesta de Griñán por sus técnicos y colaboradores. Como era de esperar, Carmen Martínez Aguayo pasa de la viceconsejería a la Consejería de Economía y Hacienda; otra de sus manos derechas, Antonio Ávila, dejará la Secretaría de Economía para asumir la Consejería de Presidencia, evidenciando la visión diferente y técnica que Griñán quiere darle al departamento; o la más que novedosa incorporación de Begoña Álvarez en Justicia, una profesional del Derecho.