Andalucía

Pinceladas donde perderse

Santiago Pontones y su centenar de núcleos habitados conforman un destino más que recomendable para visitar. Y también iniciarse en la espeleología en la Cueva de Sorbas, disfrutar del Caminito del Rey o recorrer las calles de Setenil de las Bodegas

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  • Cazorla -

Cojan un abrigo porque les vamos a ofrecer algunas propuestas para perderse en una de las épocas del año en la que quizás más apetezca olvidarse del ajetreo diario y refugiarse en el calor de la infinidad de municipios que merece la pena visitar en Andalucía. No son rutas al uso, sino pequeñas pinceladas, muy atractivas, que le hagan coger un mapa y descubrir pequeños tesoros del interior para vivir esas experiencias únicas que sólo podrá sentir en lo más íntimo de Andalucía.

La primera propuesta que les ofrecemos está en la provincia de Jaén, en pleno Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio protegido de España. Salpicado de valles, calares, tajos, montañas y altiplanos, le invitamos a que conozcan la localidad de Santiago Pontones y su centenar de núcleos diseminados por un territorio que merece la pena conocer, incluso aunque sea sólo de paso.

Sólo ir desde la localidad de Cazorla y llegar hasta Pontones, uno de sus núcleos urbanos principales, merece la pena. La inmensidad de ese valle y la naturaleza que envuelve esa carretera ya invitan a disfrutar de la comarca, a conocer esos ríos y arroyos de los que mana un agua cristalina, que surcan pinares vivos, creyendo oir un corzo, un ciervo o un jabalí, porque la naturaleza se oye en esos valles y montes, especialmente cuando cae la noche. Y el agua... aquí nace el río Segura y el Guadalquivir cruza buena parte de la comarca. Los Llanos de Arance, Coto Ríos, el embalse de El Tranco, los parajes que surca el Zumeta, son dignos de conocer.

Poca tierra de labranza podrá encontrar en una comarca que vive de la ganadería, la caza y el turismo rural. De hecho, son múltiples los alojamientos (de todas las categorías) que puede elegir en la zona, la oferta de turismo activo y de naturaleza es inmensa, existen decenas de sitios de interés (la Cueva del Nacimiento, la Torre del Vinagre que acoge el Centro de Interpretación del Parque Natural, los 400 años de antigüedad del Pino Galapán, los Campos de Hernán Perea...) que puede visitar y hasta un Museo Etnográfico en Alma Serrana, donde se recrea la vida tradicional de estas sierras a lo largo de los siglos.

Y por favor, disfruten de su gastronomía: “Las migas de gañán a las dos vueltas están, y las migas del pastor cuantas más vueltas mejor”, reza un antiguo refrán de la zona: migas, chorizos patateros, morcilla güeña, la mesá, el cuchimán o la caldereta pastora, la que se pone de manifiesto que la oveja serrano-segureña es uno de sus mejores manjares, son manjares que debe probar.

Espeleología en Sorbas

En contraste con esta propuesta, les invitamos a descubrir otros secretos del interior de Andalucía y nunca mejor dicho lo del interior porque es espeleología lo que ofrecemos. También está en una sierra, en la de Los Filabres y Cabrera, en la provincia de Almería, y se enclava en el municipio de Sorbas. Se trata de disfrutar en familia o en compañía de sus amigos de la experiencia de recorrer una cueva bajo la única luz de una linterna en un entorno de oscuridad y silencio.

Paisajes subterráneos repletos de cristales que brillan al paso de las luces de los cascos es lo que podrá encontrar en esta ruta, de dificultad baja y de apenas hora y media de duración. La experiencia supone un primer contacto con el mundo de la espeleología, que nos descubre la acción de las aguas en una sierra colmada de yesos: estalactitas, estalagmitas, corales, anillos, bolas de yeso, se abren al paso del visitante, galerías creadas por el mejor escultor: la naturaleza.

Caminito del Rey

Para terminar, no queremos dejar pasar la oportunidad de invitarles a que comiencen a reservar una visita al Caminito del Rey, un paso peatonal de tres kilómetros construido en las paredes del desfiladero de los Gaitanes, en El Chorro, entre Álora y Ardales, en la provincia de Málaga, que ofrece un espectáculo natural único: colgado hasta 100 metros de altura sobre el río y en paredes casi verticales.

A punto de finalizar la restauración de un enclave único y mítico, se ha abierto una plataforma de reservas para controlar los flujos de entrada y salida a un espacio de capacidad más que limitada, una senda aérea de apenas 1,2 kilómetros que incluye tramos de suelos de vidrio para poder observar el desfiladero.

A la rehabilitación de la pasarela peatonal le acompañan otras actuaciones que hacen más que atractivas su visita: se han adecuado los accesos peatonales desde la estación de El Chorro hasta la pasarela y desde el aparcamiento del camping al túnel peatonal de Gaitanejo, además de construir un nuevo puente paralelo al antiguo, que quedará como ejemplo de arqueología industrial. El objetivo final es que el recorrido definitivo tenga seis kilómetros y se pueda realizar en una hora y media aproximadamente.

El Caminito del Rey, llamado así porque el rey Alfonso XIII lo cruzó en 1921 para la inauguración de la presa del Conde de Guadalhorce, fue construido por la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro entre 1901 y 1905, para facilitar el paso de los operarios de mantenimiento, transporte de materiales y vigilancia.

Setenil de las Bodegas o la roca hecha vivienda

Andalucía posee muchos rincones para dejarse sorprender y entre ellos se encuentra Setenil de las Bodegas, un pueblo encuadrado entre paisajes de cereales y olivos, que tiene su principal atractivo en su entramado urbano por su belleza y originalidad, sobre todo la parte baja, en la que las casas aprovechan, a modo de viviendas semitrogloditas, el abrigo de las rocas del tajo creado por el rí­o Guadalporcún.

Aunque tienen también especial interés el Castillo fortaleza y la Iglesia de la Encarnación, lo más fotografiado de Setenil de las Bodegas es, sin duda alguna, su arquitectura popular, marcada por la orografía del terreno, en la que predominan las viviendas en altura con muros de carga de piedra caliza y forjados con vigas de madera y la cubierta de teja a dos aguas y muy inclinadas.

Este tipo de casas salpican toda la localidad, aunque las que más llaman la atención son las viviendas-cueva, inscritas en el Conjunto Histórico Artístico de la localidad, y con notas peculiares que las diferencian de las existentes en otros municipios. Son cuevas naturales aprovechadas como viviendas, que han llegado a ser denominadas como viviendas semitrogloditas, por los espacios físicos donde se ubican, donde al parecer pudo existir un importante refugio natural de los pobladores prehistóricos. Están constituidas por una fachada que cierra la embocadura bajo la roca del cañón, siendo la propia roca la cubierta de gran parte de estas construcciones.

Hasta hace pocos años eran viviendas de familias de clase social humilde, mientras que en la actualidad albergan mesones típicos, comercios y almacenes, además de algunos alojamientos, aunque la zona de la Jabonería y Herrerías mantienen íntegro el uso tradicional de esas casas como viviendas.

La visita a Setenil de las Bodegas es muy amena, de enorme belleza y el mero tránsito que nos llevaría de un monumento a otro, es en si mismo un placer debido a la configuración misma del pueblo, con rincones de inigualable belleza.

Entre los sitios más pintorescos están las calles Cuevas del Sol y Cuevas de la Sombra, que discurren paralelas, una a cada lado, al río Guadalporcún, y cuya característica principal es que no están incrustadas en la roca, sino que discurren por debajo.

Además, no hay que dejar de visitar los miradores del Lizón, que domina la localidad desde las alturas y ofrece una hermosa postal de Setenil, y de la Villa, donde disfrutar de las Cabrerizas y Jabonería.

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