El capítulo de los pasaportes y los títulos diplomáticos de Sealand (siempre negado por la familia Bates) ha traído mucha cola. Es cierto que existía una red de falsificadores de dichos documentos, los cuales se distribuyeron por todo el mundo, sobre todo en Europa del Este. En numerosos delitos de alto perfil se han visto implicadas personas con pasaporte de Sealand. Uno de estos casos fue el asesinato del famoso diseñador de moda italiano Gianni Versace, cometido por Andrew Cunanan (dos tiros en la nuca) en la mañana del 15 de julio de 1997, cuando el genial artista estaba a punto de entrar en su mansión del 1116 de Deco Drive, en Miami (USA). Cunanan, que era criminal en serie y uno de los diez hombres más buscados por el FBI, poseía pasaporte de Sealand, así como el propietario de un misterioso barco (anclado en uno de los puertos de la ciudad) en el que aquél había estado días antes. Andrew Cunanan se suicidó (o fue suicidado) posteriormente, en su domicilio, con la misma pistola usada para matar a Versace. Quiso explicarse el suceso por venganza (el modista no había promocionado a Cunanan como actor de cine) o motivos pasionales (tanto el ejecutor como su víctima eran homosexuales y habían tenido relaciones). Se esgrimió el posible erostratismo del asesino: un patológico deseo de celebridad. Jamás salió a relucir la conspiración. Sin embargo, la clave de este drama sigue estando en el mencionado buque fantasma y, desde luego, en el Principado de Sealand.
Cunanan había liquidado a cuatro gays entre abril y mayo de 1997. Una carrera vertiginosa que levanta sospechas respecto a la probable fabricación premeditada de un terrorífico exterminador. Dos sujetos de mediana edad, tripulantes del barco de marras, fueron vistos en locales lujosos de Miami en aquellas jornadas. Llamaban la atención por su elegancia. Hay testigos que afirman que, entre ellos, hablaban en francés. El más alto solía dirigirse al otro iniciando sus frases, en plan irónico, con la expresión “si je ne m'abuse, docteur…” (“si no me equivoco, doctor”). Ahí tienen el nombre del cerebro que organizó la eliminación de Gianni Versace.
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