Es que no paran. Uno detrás de otro y todo apunta a que sólo es la punta del iceberg que lleva años saliendo y lo que te rondaré morena. Hasta el presidente del Gobierno ha tenido que salir a pedir perdón a los españoles, como si los españoles estuvieran a estas alturas para esas cosas viendo que desde el Gobierno y desde la oposición no hay más que palabras, pero ni una sola iniciativa medianamente creíble de que tienen intención de poner freno a lo que está ocurriendo y a lo que queda por ocurrir, porque si no hay medidas sigue abierto el coto y la caza, mayor o menor, según quien sea el personajillo.
Salen a relucir los que siempre estuvieron en la sombra, como Dios manda cuando uno se dedica a esas cosas tan sucias y salen a relucir los relucientes, los que incluso se han permitido pontificar en los medios de comunicación contra los corruptos, ejercicio cumbre de cinismo que no se encuentra ni en los mejores manuales del género.
Y la gente asiste atónita a tanto desmadre, gente cabreada con los políticos y a punto de cometer una barbaridad y gente que se apunta al carro y ven la mamandurria y la mangonería como patrimonio nacional, al alcance de todo el que pueda meter la mano y si ellos la meten, por qué no aprovecharme yo de lo que tenga delante.
No sé qué pensarán de nosotros fuera, de la marca España, ese ente inmaterial que sin embargo se quiere materializar en lo bueno y se tiende a salvar de lo malo. Craso error. España es todo, la marca es todo, lo malo y lo bueno, los mangantes y la gente de bien, con la salvedad de que la gente de bien no suena -aunque ya se verá- y los corruptos están en boca de todos. También fuera de España.
¿Que fuera también hay corruptos? Eso es muy matizable, por cantidad y por calidad, aunque es cierto que hay países con más corrupción que España, pero mejor no nombrarlos para no desmerecer al antiguo imperio donde no se ponía el sol.
Y si hay algo peor que todo lo que está ocurriendo -porque no sólo hay que escuchar la música, sino que hay que leer la letra, que decía susanitatieneunratónchiquitín- avanzan que el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas que sale este lunes trae a Podemos a la cabeza en intención de voto directo, seguido por el Partido Popular y con la izquierda tradicional hecha lo que tantas veces ha sido la izquierda tradicional: un lío.
¿Qué decía yo? ¿Si hay algo peor? ¡Pues claro que lo hay! Las soluciones que dan, la política del miedo, las empresas y los bancos hablando de lo malo que será que el tal Pablo Iglesia pise la Moncloa, la ruina para el país que nos anuncian, el armagedón que nos espera de aquí a un año, poco más o menos.
¿Ustedes creen que eso asusta a la gente? ¿A estas alturas? A estas alturas no se asusta nadie. Antes bien, lo único que anima a los sufridores es que los políticos tradicionales y los banqueros estén con el mojón en el culo por el avance de Podemos.
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