Andalucía impulsa una investigación que permitirá desarrollar plataforma tecnológica de atención al ictus en fase aguda

Publicado: 29/10/2014
Sánchez Rubio incide en la concienciación sobre los factores de riesgo y los síntomas de alarma, así como en coordinar esfuerzos
Andalucía impulsa a nivel nacional una investigación que permitirá desarrollar, en los próximos dos años, una plataforma tecnológica de atención al ictus en fase aguda y que acaba de recibir el respaldo del Instituto de Salud Carlos III, con una financiación de 198.100 euros, dentro de la convocatoria anual de desarrollo tecnológico en salud, en la categoría de 'Proyectos basados en unos resultados o experiencias preliminares ya contrastados y que muestren potencial de transferencia al Sistema Nacional de Salud'.

   El proyecto de investigación 'Plataforma de abordaje integral del ictus en fase aguda (Aid-Ictus)', que lidera la neuróloga Dolores Jiménez, directora del Plan de Andaluz de Atención al Ictus y directora de la Unidad de Gestión Clínica de Neurociencias de los hospitales universitarios Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla, en colaboración con el Grupo de Innovación Tecnológica de dichos hospitales, se llevará a cabo de manera coordinada entre el Hospital Virgen del Rocío y la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias de Andalucía (EPES 061), con la participación del Consorcio Sanitario Público del Aljarafe.

   En un comunicado se indica que el objetivo final es diseñar, desarrollar y validar una plataforma tecnológica capaz de dar soporte a un plan integrado de atención al ictus en fase aguda, coordinando la atención clínica de esta enfermedad, primera causa de muerte en mujeres y segunda en hombres. Dicha herramienta combinará tecnologías avanzadas de aplicación en los distintos escenarios asistenciales y permitirá compartir información y conocimiento entre médicos de urgencias y emergencias, especialistas de neurología, neurocirugía y medicina intensiva en tiempo real para garantizar una asistencia de calidad en términos de seguridad del paciente, equidad en el acceso al servicio y optimización del uso de recursos sanitarios.

   Entre las características técnicas de esta nueva herramienta en la que trabajará el equipo de investigación de la sanidad pública andaluza, destaca que permitirá el intercambio de información clínica de valor, incluyendo pruebas de laboratorio, TAC, resonancia magnética, hoja de interconsulta, etcétera. Asimismo, favorecerá la exploración conjunta del paciente por los equipos que intervienen gracias a un sistema de videoconferencia.

   También es clave el desarrollo y despliegue de un servicio de soporte a la toma de decisiones clínicas basado en la evidencia científica y en guías clínicas, proporcionando recomendaciones clínicas, diagnósticas y terapéuticas actualizables y retroalimentadas con la experiencias obtenida en el manejo de la enfermedad y permitiendo decidir sobre la necesidad de trasladar al paciente al hospital de referencia. El reto de la interoperabilidad se ha considerado igualmente fundamental, en cuanto la plataforma debe compartir datos con los sistemas de información hospitalarios.

   La experiencia de la telemedicina aplicada al ictus del equipo de investigación andaluz, con las iniciativas consolidadas de 'teleictus' e 'ictus móvil' en el ámbito de Sevilla y Huelva, han permitido dar ahora este importante paso, que de poder desarrollarse, podrá ser 'exportable' a otros programas asistenciales que permitan la teleasistencia y transferir los resultados al Sistema Nacional de Salud y a la industria tecnológica, estableciendo un marco para los derechos de propiedad intelectual y permitiendo el retorno de la investigación no sólo en términos de salud sino también en crecimiento económico y generación de empleo.

DÍA MUNDIAL DEL ICTUS

   Para la consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, el impulso de investigaciones clínicas y tecnológicas en una enfermedad que sigue siendo el problema neurológico grave más frecuente del mundo es una prioridad para el departamento que dirige, ya que a pesar de los avances logrados en las últimas décadas, sigue causando numerosos fallecimientos. A pesar del descenso progresivo de la mortalidad, el envejecimiento de la población condiciona una mayor incidencia de la misma. En los hospitales públicos andaluces, se atendió a 14.856 pacientes por esta causa durante 2013 (8.162 hombres y 6.690 mujeres, con una edad media de 70,9 años).

   De igual modo, la mejora de los cuidados y las medidas de prevención determinan un incremento en la prevalencia de esta enfermedad. Así, muchas de las personas que sobreviven a un ictus tienen un importante grado de incapacidad y de dependencia, lo que lo convierte en una enfermedad de alto impacto sociosanitario.

   "Una de las prioridades fundamentales a la hora de enfrentarnos a la carga que supone el ictus para la sociedad es la de identificar las posibles causas de éste y los principales factores de riesgo, para poder actuar sobre ellos y prevenir su aparición", ha afirmado la titular de Igualdad, Salud y Políticas Sociales del Gobierno andaluz.

   Andalucía cuenta, desde 2011, con un Plan de Atención al Ictus para favorecer la detección y el diagnóstico precoz de esta enfermedad y mejorar la asistencia sanitaria a estos pacientes desde una perspectiva integral. El Plan ha conllevado cambios organizativos para que cualquier paciente que sufra un ictus tenga acceso al diagnóstico y tratamiento en fase aguda, especialmente al tratamiento farmacológico trombolítico y está también desarrollando el abordaje mediante neuroradiología intervencionista.

   Para ello, se han consolidado equipos multidisciplinares de ictus, unidades de ictus y unidades de referencia. La formación específica para profesionales también está contemplada en este Plan, con casi 1.000 profesionales formados en colaboración con la Escuela Andaluza de Salud Pública; al igual que el impulso de la investigación, con proyectos como el recientemente aprobado.

   Los estudios epidemiológicos demuestran que el ictus, tanto isquémico como hemorrágico, comparten factores de riesgo con las otras manifestaciones clínicas de la arterosclerosis (cardiopatía isquémica, isquemia periférica, etcétera). La edad y la hipertensión arterial son los principales factores de riesgo asociados al ictus. Así, alrededor del 70 por ciento de pacientes con ictus, son hipertensos. Otros factores de riesgo como la diabetes, la hiperlipemia, el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo no son menos importantes y deben ser identificados y tratados, si es que no se han abordado ya antes de haber sufrido un ictus.

   De ahí que la información y el conocimiento que la ciudadanía tengan de esta enfermedad y sus factores de riesgo sean otra herramienta de lucha contra ella, por lo que las estrategias de concienciación y prevención y las campañas de difusión de las instituciones sanitarias y las sociedades científicas vuelcan sus esfuerzos en este aspecto, entendiendo que pequeñas actuaciones protegen cerebros y salvan vidas. Para Sánchez Rubio, "es muy necesaria la cooperación entre la administración, las personas afectadas, sus familias y el resto de los agentes implicados en la recuperación e integración de pacientes con ictus".

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