Casi con muchas posibilidades, tendremos cerca en nuestro entorno familiar o de amigos a un ni-ni. Pero, aquellos cuyo léxico no sea muy extenso, denso y vasto se puede preguntar, en medio de la nebulosa del desconocimiento: ¿Que es un ni-ni? Pues la respuesta es clara, concisa y concreta. Son jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan. Algunos porque no pueden y otros porque no quieren.
La situación de los ni-ni nacionales sigue siendo muy complicada y precaria. España, de entre los países de la OCDE, presenta una media mayor de paro de jóvenes de esta franja de edad que los países de esta organización supranacional. Así, uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 29 años (un 25,79%) están en esta situación.
Pero sin embargo, podemos encontrar el caso contrario. No todos los jóvenes españoles presentamos esta etiqueta y podemos hablar del colectivo si-si. Si-si hacen referencia a aquellos que estudian y trabajan a la vez. Algo que, aunque conlleve un gran desgaste, contrae, a su vez, sinergias y confluencias personales. Estas personas, en las que me tengo que incluir, tendemos a madurar y ser más responsables. Los sí-si cultivamos con gran acierto la responsabilidad, la cultura del esfuerzo y estimula la independencia económica y personal.
Pude hablar hace unos días con Alba Gómez Méndez, una joven onubense de 19 años, que se encuentra en una vorágine actualmente en su vida. Además de estudiar para la prueba de acceso del grado superior y un curso para sacarse el certificado de inglés a la par de trabajar en una óptica, está inmersa en el mundo del modelaje actualmente. Ella reconoce que le encantaría dedicarse a esto último aunque lo ve muy difícil: "Me encantaría poder dedicarme solo a eso pero por desgracia entrar ahí no es tan fácil y en Huelva no hay muchos recursos que te hagan llegar lejos".
Esta contrariedad se puede extrapolar al día a día y al mundo de los ni-ni por razones ajenas a su voluntad. Al tener tantos jóvenes como ella mucha ocupación y otros ninguna, aseguraba Alba que “la generación ni-ni está muy mal vista. Hay muchos jóvenes que ni estudian ni trabajan, los cuales tendrán sus razones. Algunos porque no les guste y aquellos que no trabajan porque no hay empleo”. A pesar de esto, anima a estos a retomar el camino del estudio, del emprendimiento y del trabajo.
Siempre hemos hablado de los ni-ni en el campo sociológico de los hombres pero: ¿Solo podemos hablar de los ni-ni? Casos como el de Alba pueden hacernos a deducir de que la antítesis no es una utopía sino que es una realidad creciente.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es