Adentrados ya en septiembre y percibiendo ya el cambio de temperaturas, apetece dejar atrás el sol y la playa para descubrir los pequeños tesoros que Andalucía guarda en el interior. De los numerosos destinos que se podrían elegir, les ofrecemos una pequeña selección para hacer una escapada.
El primero de ellos es el Paisaje Protegido Río Tinto, que abarca los tramos alto y medio del río, único en el mundo, tanto por su belleza cromática como por sus excepcionales condiciones ambientales e históricas. Alrededor del curso alto se sitúa el mayor yacimiento minero a cielo abierto de Europa, que ya fuera explotado por tartesos y romanos.
Estudiado por la NASA y comparado con las condiciones ambientales del planeta Marte, impresionan las tonalidades que destellan de esas aguas rojizas, producto de su alto contenido en sales ferruginosas y sulfato férrico que, junto a la escasez de oxígeno, le otorgan un pH muy ácido. Esos tonos contrastan con la vegetación escasa de sus orillas pero abundante en sus alrededores en algunos de los parajes que cruza el río. Y para mayor contraste aún, los restos de los residuos mineros que, a lo largo de siglos, han marcado al Tinto.
Más que recomendable, y más en esta época del año sin extremos de temperaturas, es el Ferrocarril Minero. Recorrer el cauce del río y su historia, explicada al detalle por los guías, ofrece una peculiar satisfacción cuando al final del trayecto el visitante puede incluso llevarse un poco de esas aguas si tienen una botella a mano. Si no, la pueden adquirir en el Museo Minero, que ofrece un detallado recorrido por la historia de una de las explotaciones mineras más antiguas del mundo.
Cueva del Gato
Otro destino más que singular, especialmente por sus valores paisajísticos, naturales y culturales, es el Monumento Natural Cueva del Gato, formado por la caverna y la cavidad que da salida a las aguas del río Guadares o Gaduares. Situado en el municipio de Benaoján, a unos pocos kilómetros de Ronda y en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, destaca el manantial con aguas permanentes y cristalinas después superar un tramo subterráneo de más de cuatro kilómetros, desde su infiltración en la Garganta del Hundidero hasta la salida por la Cueva del Gato. De origen cárstico, se trata del sistema más importante de Andalucía, con simas, lagos, sifones, cañones y salas que llegan a alcanzar hasta los 70 metros de altura.
Es de interés la confluencia de los ríos Guadares y Guadiaro, poblada por una representativa vegetación de ribera que permite observar diversas aves acuáticas, como garzas reales, cormoranes, azulones, ruiseñores, etc. Los murciélagos carvenícolas o sus pinturas rupestres son también otro atractivo singular, al igual que su vinculación con el bandolerismo decimonónico de la Andalucía Romántica.
Algo más al norte, les invitamos a conocer el Paraje Natural Alto Guadalquivir, un extenso humedal situado en la vega nororiental de la provincia de Jaén, encajado entre las lomas de Baeza y Úbeda y las Sierras de Cazorla y Mágina. Está constituido por los embalses Puente de la Cerrada, Doña Aldonza y Pedro Marín, prácticamente colmatados de sedimentos, y los tramos de río y ribera comprendidos entre los pantanos.
En este paraje natural se funden un sistema natural (río, bosque galería, sotos de ribera) y otro artificial (embalses colmatados, vegetación palustre emergente), dando lugar a dos dinámicas acuáticas y a una riqueza biológica muy alta. Su confluencia hace de este lugar un espacio de gran diversidad, donde conviven muchas especies de aves acuáticas, lo que le ha valido para su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves.
Bosque de la Bañizuela
Estando en Jaén, acérquese a Torredelcampo y disfrute de otro monumento natural, el Bosque de la Bañizuela. Su singularidad, reconocimiento e interés más patente provienen de sus características biológicas, al ser un bosque isla de carácter mediterráneo y reducida extensión que, pese a estar situado en un clima seco, posee un gran número de especies de singular belleza y 22 árboles y 15 tipos de seta propias. Es como un antiguo jardín, con ejemplares botánicos de gran antigüedad.
Rodeado de olivar, se caracteriza por la presencia de quejigo y un sotobosque formado por durillo, adelfilla, coscoja, jazmín amarillo, madreselva,... y la interesante leguminosa denominada espantalobos. Destacan los ejemplares de arrayán o mirto, generalmente de porte arbustivo, pero que aquí adquieren gran tamaño y grosor en su tronco.
No podíamos terminar este recorrido sin invitarles a que conozcan la artesanía y los productos típicos de nuestra tierra, en este caso, los de la Alpujarra almeriense. En estos pequeños pueblos blancos se confeccionan jarapas, cerámicas, dulces, vinos, quesos y demás delicias y maravillosos objetos que a día de hoy se siguen elaborando como antaño. La mayoría de los productos son pequeños tesoros elaborados a mano con mucho mimo y maestría.
Siete rutas para descubrir la ciudad de las torres
Écija es una de las ciudades más importantes de Sevilla, declarada conjunto histórico-artístico por su impresionante patrimonio y en el que destacan especialmente sus torres, aunque entre colinas la ciudad de la segunda Giralda le sorprenderá por sus iglesias, casas palaciegas, su historia, museos, sus caballos o su gastronomía. Siete rutas le permitirán conocer en profundidad una ciudad que tiene mucho que ofrecer.
La primera de estas rutas, Descubriendo Écija, se centra en el arte, historia, anécdotas y leyendas de Écija que a detalle nos explica un guía. Destaca el famoso palacio de Benamejí y el gran número de iglesias y palacios de la ciudad, así como las caballerizas y el nuevo centro de Interpretación Ecuestre.
La siguiente ruta es la de los poemas, ya que muchas plazas, calles y rincones de Écija inspiraron a numerosos artistas literarios. La originalidad de la ruta es que el recorrido por estos lugares se acompaña del recitar de los poemas, que se ofrece impreso al participante para facilitar el seguimiento.
La ruta medieval, renacentista y neoclásica es temática y ofrece un recorrido por los vestigios de las diferentes épocas que se conservan de la ciudad: romana, edad media, renacimiento y neoclásica.
Más concreta y más espectacular, quizás, es la Ruta por los Palacios, que nos transportará al tiempo en el que la nobleza astigitana comenzó a levantar casas señoriales como signo de poder. La ruta se inicia en el palacio de los marqueses de Benamejí, donde destacan su fachada y sus patios, y que actualmente alberga el Museo Histórico Municipal, con mosaicos, esculturas y piezas prehistóricas, romanas e islámicas. La ruta incluye otros inmuebles de máximo interés, como los palacios de de los Santaella, el de los marqueses de Peñaflor, y el de los Palma.
De las más originales es Écija, con un recorrido por callejas, plazas y calles principales en un precioso coche de caballos tirado por dos espectaculares pura raza españoles. Otras alternativas son la ruta teatralizada Astigi renace, que recorre todo el legado romano de la ciudad a través de sus monumentos, o la gastronómica, que mezcla los aromas y sabores con visitas a los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Para los más atrevidos se ofrece la ruta en kayak y rafting por el Genil, mientras que para los más curiosos está la de las leyendas, que descubre los más bellos rincones de la ciudad a través de romances e historias mágicas transmitidas de generación en generación.