La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a un total de 18 años de prisión a D.S, M.T., R.E.M. y H.T., cuatro jóvenes de origen magrebí que en enero de 2001 mantuvieron secuestrado durante 20 días a un compatriota en un cortijo de Campohermoso, en el término municipal de Níjar, al que lo trasladaron en autobús desde Algeciras (Cádiz) horas después de que arribase en patera a las playas de Tarifa.
La sentencia de la Sección Tercera, a la que tuvo acceso Europa Press, absuelve a un quinto procesado en la causa --E.H.B.--, a quien desvincula como cooperador del plan e impone al resto una pena de cuatro años y seis meses de prisión al aplicar la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas y les obliga al pago de una indemnización de 6.000 euros a la víctima, quien declaró como testigo protegido y al que liberaron después de que abonase 961 euros.
El tribunal considera probado que los cuatro jóvenes conocieron al denunciante en las playas de Tarifa, donde desembarcó de forma ilegal en la madrugada del 19 de enero de 2001. Allí, dos de ellos le "captaron" y se ofrecieron a ayudarle a llegar hasta Almería a cambio de una cantidad de dinero no precisada.
Una vez abandonaron Algeciras y arribaron hasta la estación de autobuses de Almería, le obligaron a que les acompañase a un cortijo denominado 'El Bermejo' y ubicado en la pedanía nijareña de Campohermoso para, a continuación, encerrarlo en una habitación sellada bajo cadena y candado además de sometida a constante vigilancia.
Una semana después, otro de los integrantes de la banda contactó a través de teléfono móvil con un hermano de la víctima, al que exigieron el pago de 961 euros a cambio de su liberación. En una segunda llamada, concretaron el punto de encuentro, la estación Intermodal de Almería, y la forma de pago en un talón y también en efectivo. El día 29, tras confirmase el cobro del cheque en la sucursal de una entidad bancaria, los acusados procedían a liberar al joven.
Según el relato del ex jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil cuando los agentes se personaron en el cortijo de Campohermoso al que les condujo una vez terminó el secuestro, encontraron a ocho personas más, que no presentaron denuncia, retenidas en un pequeño habitáculo provisto de cadenas y pestillo, que sólo se podía abrir desde fuera.