Nada hacía presagiar allá por 2011 que el yacimiento romano hallado sumergido bajo la ría del Carreras, en la costa de Huelva, perteneciera a algo más que una aldea de pescadores, y sin embargo, los análisis de los vestigios cerámicos hallados en él lo sitúan como un importante puerto comercial entre los siglos I y VI d.C.
Localizado entre los municipios de Isla Cristina y Ayamonte, próximo a la playa Punta del Moral, perteneciente a éste último municipio, los primeros estudios lo dataron en el siglo I después de Cristo y se estima que quedó sepultado por un tsunami.
El yacimiento fue hallado de forma casual por un buzo durante las labores previas a un dragado que se iba a realizar en la zona y, posteriormente, investigadores de la Universidad de Huelva y de la empresa Ánfora Arqueología llevaron a cabo una intervención en la que se encontraron elementos como ánforas y cerámicas de distintos tipos, fragmentos de columnas y restos humanos.
Precisamente ha sido el análisis de estos elementos los que han venido a destacar la importancia de lo que, en un principio se pensaba que era una aldea romana de pescadores, según explica a Efe el arqueólogo de Ánfora, Diego González.
La necrópolis que se conserva en Punta del Moral y el yacimiento submarino, ubicado entre seis y ocho metros de profundidad y con una extensión de unas cinco hectáreas, no corresponden a "una simple aldea de pescadores, la importancia de las piezas y el hecho de haber localizado además un fondeadero de embarcaciones nos permite asegurar que nos encontramos ante una zona que tuvo una ocupación ininterrumpida desde el siglo I al IV después de cristo".
Un lugar que fue "un importante puerto comercial internacional con vinculaciones desde el Oriente Mediterráneo hasta Lisboa" que, por si situación geográfica, a resguardo de los temporales que azotaban la zona Atlántica marítima, se convirtió en "lugar de embarque y desembarque e intercambio de mercancías", primero, entre el siglo I y III d.C. auspiciado por la intensa actividad minera extractiva que se llevaba a cabo en la Faja Pirítica Ibérica, y hasta el siglo VI por el auge de las salazones.
Lo cierto es, asegura González, que entre los elementos extraídos de ese yacimiento submarino se han documentado ánforas lusitanas, del entorno de Lisboa y otras olearias y de vino y vajilla fina de mesa procedentes de África, e incluso una olla oriental cuyo origen se sitúa en Chipre y otros elementos cerámicos cuya producción se conoce desde Sicilia a Jordania.
Además, las restos de columnas encontrados eran calizas cuyo material constructivo procedía del entorno de la ciudad portuguesa de Faro, lo que también viene a incidir en la presencia de un puerto comercial.
Todas estos lugares dan fe de la importancia que tenía este punto para el comercio en época romana y lo convierten en uno de los yacimientos subacuáticos más importantes de Andalucía, que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía protegió dos años después de ser descubierto y en el que se han llevado a cabo actuaciones para evitar que la erosión natural del litoral lo degrade y termine por desaparecer.
Un yacimiento que "aún está por explorar en su inmensa mayoría" y que viene a poner de manifiesto que bajo Punta del Moral, junto al conocido como Caño de la Mojarra, el mar esconde un yacimiento romano insondable cuya envergadura es y seguirá siendo en gran parte desconocida.
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