El índice de Capitalismo de Compadreo o Capitalismo de Amiguetes de la revista The Economist, aun siendo un buen estímulo para pensar, tiene sus problemas. Primero, la línea que divide la economía en sectores de rentas y sectores abiertos es difícil de establecer.
Por ejemplo, los medios de comunicación podrían entrar en el grupo de extracción de rentas, dado que los gobiernos dan un número limitado de licencias para operar en televisión. En cambio, el sector químico que Transparency International califica como de extracción de rentas posiblemente sea suficientemente abierto.
Segundo, puede haber una gran heterogeneidad en cuan abiertos y competitivos son los sectores en distintos países, y esto no queda recogido en el índice.
Por ejemplo, la regulación que afecta al sector eléctrico o los concursos para obras públicas pueden ser más o menos competitivos en distintos países.
Tercero, muchos magnates se han enriquecido con grupos empresariales muy diversificados, con unas empresas participando en sectores extractivos y otras en sectores abiertos, siendo difícil clasificarlos en uno u otro lado de la línea.
El caso más claro es el de los conglomerados empresariales en Corea del Sur (chaebols) como Samsung, Hyundai o Lotte.
Cuarto, cuando las rentas extraídas están repartidas entre varios empresarios (o incluso los trabajadores) las fortunas acumuladas podrían no llegar al millardo de dólares individualmente, de manera que no aparecerían en la lista de Forbes.
Quinto, relacionado con el comentario anterior, algunos países pueden tener instituciones que faciliten en mayor medida la acumulación de riqueza individual independientemente de su origen.
Así, estos países tendrían un mayor número de multimillonarios y podrían tener un índice de Capitalismo de Compadreo mayor sólo por este motivo.
Finalmente, puede que la ventaja comparativa de un país esté en un sector extractivo (como es el caso de los países con abundancia en materias primas), o que un país esté en una fase de desarrollo donde ciertos sectores extractivos tienden a ser más grandes (como la construcción en países con alto crecimiento económico y demográfico), lo cual daría lugar a más oportunidades económicas en tales sectores incluso en ausencia de compadreo.
Cuando se compara con los países de Europa continental, el índice de Capitalismo de Compadreo de España es consistente con la visión de que tenemos una democracia imperfecta donde el poder económico está demasiado interrelacionado con el político y donde es difícil que triunfen el talento y el esfuerzo.
Sin embargo, cuando se compara con las ejemplares democracias anglosajonas, el índice de Capitalismo de Compadreo de España nos da una visión mucho más positiva.
(Cedido por el blog nadaesgratis).
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