Dejamos atrás Agosto y enfilamos la cuesta de Septiembre, que es a mi modo de ver la más dura del año, a pesar de la fama que tiene la de Enero, ya que entre los números rojos de las cuentas para quienes hayan podido coger vacaciones y el inicio del curso escolar con todo lo que eso entraña, y víctimas de una crisis interminable nos encontramos más secos que una mojama.
Y entre el esfuerzo y el desasosiego, la inquietud y la inseguridad, nos meteremos de lleno en un otoño que no augura por ningún sitio la cacareada recuperación de la que hablan cada vez que comparecen públicamente el presidente Rajoy y su gobierno.
Si albergan alguna duda, salgan a la calle y pregunten aleatoriamente a los diez primeros ciudadanos que se encuentren, o si quieren hacerlo de forma más selectiva háganlo a los más de 36.000 parados que hay en nuestra Comarca o las alrededor de 50.000 personas que viven en el umbral de la pobreza o a los miles de pensionistas o a los cientos de jóvenes que se tienen que marchar fuera una vez que terminan sus estudios.
En este verano de 2014 que ya empieza a decirnos adiós, ha habido de todo como en botica, pero demasiados temas recurrentes, que en muchas ocasiones nos parece estar reviviendo el día de la marmota o hace exclamar algún que otro ciudadano aquello de ¡pero si esta película ya la he visto!
Sin embargo en algunos aspectos hemos superado las estereotipias y ha habido desgraciadas singularidades , como los incendios que han azotado especialmente los municipios de Algeciras, Tarifa y San Roque y en su inmensa mayoría intencionados y que han provocado daño en el patrimonio natural que costará mucho tiempo recuperar.
No nos podemos olvidar que según los últimos datos del INFOCA, en el Campo de Gibraltar hemos sufrido 32 incendios, lo que supone el 60% de los declarados en la provincia de Cádiz y el 90% de la superficie afectada en este ámbito.
En cuanto al número de inmigrantes que llegan a nuestras costas, fundamentalmente a las de Tarifa, en la mayoría de las ocasiones en embarcaciones de juguete o tremendamente frágiles que ponen en peligro sus vidas, ha superado todas las estadísticas de los últimos diez años, y ha demostrado una vez más la falta de política de la Unión Europea en este sentido y los vaivenes por los que atraviesa la colaboración de España con Marruecos.
Seguimos escuchando todo tipo de argumentos sobre Gibraltar, que siempre es uno de esos temas para conseguir titulares que utilizan algunos, pero sin que el actual gobierno de España del PP de Rajoy ni el conservador Cameron del Reino Unido demuestren voluntad sincera de diálogo sobre el tema.
Mientras, nuestros trabajadores en la Roca, cuya contratación se ha incrementado en más de 18% en el último año, y aquellos que visitan la colonia británica siguen padeciendo colas inhumanas, Picardo continúa haciendo lo que le da gana, y la Unión Europea hace recomendaciones que se cumplen a medias como las de las obras en la frontera. Y nos encontramos todos en un bucle sin sentido en el que ni se resuelve nada y provoca mas enfrentamiento.
Creo que el señor Landaluce, como Vicepresidente de la Comisión de Exteriores debería recomendar a sus compañeros Rajoy y García-Margallo, Presidente y Ministro de Asuntos Exteriores, que se abriera un foro de diálogo que facilitara la resolución de los problemas domésticos y la buena relación entre las poblaciones. Y ya en este septiembre de 2014, comienzan a oírse ecos de voces electorales que nos anuncian que comienza un intenso proceso de algo más de un año, entre elecciones autonómicas, que probablemente se adelantarán, municipales y generales, una amenaza de reforma de la Ley Electoral y los ciudadanos y ciudadanas que seremos atendidos, cuidados y mimados escuchando trompetas y tambores de promesas que no se cumplirán.
