En cuanto a la faceta deportiva, el francés Nacer Bouhanni (La Francaise), un joven de 24 años aficionado al boxeo "en periodos de descanso", se consolidó en San Fernando como velocista al imponerse con autoridad en la primera llegada masiva, en una jornada en la que Alejandro Valverde se vistió de rojo.
En ausencia de Kittel, Greipel y Cavendish, si hay esprint, deben aparecer Bouhanni y Degenkolb, y fue el primero de ellos el que se adelantó a presentar credenciales con un triunfo claro y bien trabajado por su equipo, en el que relegó al alemán del Giant y al italiano Roberto Ferrari (Lampre).
Primer éxito en la Vuelta para el ciclista francés de origen argelino de 24 años que ha explotado esta temporada con 10 victorias, 3 de ellas en el Giro de Italia.
Una consolidación que le permite cambiar de aires la próxima temporada, donde correrá en el Cofidis, que le permitirá correr en las pruebas de sus sueños y además evitar su rivalidad en casa con Demare, otro valor del ciclismo francés.
También hubo gratificación para Alejandro Valverde, a quien le bastó con entrar por delante de Castroviejo para enfundarse el maillot rojo y mantenerlo en la casa del Movistar, que copa las primeras posiciones de la general con el colombiano Nairo Quintana y el costarricense Andrey Amador.
Los favoritos salvaron el día sin más preocupación de no caerse y guardar las fuerzas para el primer test del lunes en Arcos de la Frontera. Pero Alberto Contador se mostró preocupado por "las molestias mínimas" que sufrió en la pierna lesionada que le obligó a abandonar el Tour.
"Me hace ilusión vestir de rojo. Me hubiera gustado que se hubiera puesto de líder otro compañero, pero tenía que estar delante para evitar cortes. Mañana cuenta ganar la etapa, y además hay bonificaciones", dijo Valverde.
Una etapa de 174 kilómetros que rindió homenaje a ilustres del flamanco. De Algeciras, con Paco de Lucía a la guitarra; a San Fernando, con la voz de Camarón. Casi ná. Y por si fuera poco la letra de Rafael Alberti desde el Puerto de Santa María, con la orden precisa para los esprinters: "¡ A galopar¡".
Tan flamenca etapa estaba marcada para el esprínt, y para que se produjera la primera escapada de la presente edición, y para conocer al primer líder de la montaña. El pelotón salió junto al puerto algecireño, con las enormes grúas como gigantes interesados en el espectáculo ciclista.
Una de las premisas se fraguó rápido, con seis corredores al abordaje de salida. Con el viento favorable saltaron Aramendia (Caja Rural), dos hombres del Qhubeka, Van Rensburg, Sbaragli, Haas (Garmin), Conti (Lampre) y Hardy (Cofidis).
Haas enseguida se borró, apenas superado el Alto del Cabrito, un tercera de donde el australiano salió con el primer maillot de la montaña. Era la única dificultad de la jornada junto al hecho de soportar un tremendo calor húmedo.
Luego el "aussie" se dejó cazar por el pelotón junto a Sbaragli. Rodaba el grupo por la costa gaditana plagada de veraneantes bajo el control del Movistar, despreocupado por el asunto de conservar "La Roja" de Castroviejo. Sin inquietud tampoco por parte de los equipos de los velocistas, aunque vieran un retraso de 5 minutos en el kilómetro 60.
Al paso por Chiclana el Giant-Shimano y la Francaise tomaron el relevo del Movistar pensando en Degenkolb y Bouhanni. Los minutos cayeron en catarata y a 17 de meta se acabó la aventura inaugural de la Vuelta 2014. Empezó el lío por tomar posiciones.
La Francaise destacó en este apartado. Tomó las primeras plazas en la recta de llegada y supo colocar a Bouhanni para el remate final del corredor de Los Vosgos, un hombre de carácter fuerte, volcánico, de padre y abuelo argelinos que ama el boxeo, deporte que practica "solo en períodos de descanso". Llegó a estar en una concentración de la Federación francesa de este deporte.
"Estaría contento con ganar una etapa", dijo en la salida de Jerez, pero matizó que "siempre se quiere más". La próxima temporada en Cofidis las clásicas girarán en torno a él, con la Milán-San Remo y Gante-Wevelgem como principales objetivos, además de su regreso al Tour de Francia.
Ahora se concentra en la Vuelta. A la primera ocasión alzó los brazos. Como si hubiera escuchado la voz rota del gran Camarón de la Isla, ilustre vecino de San Fernando. "Volando voy, volando vengo", pero sin entretenerse en el camino. Y de qué manera voló hacia su estreno en la Vuelta. El más flamenco de todos.