PAÍS DE CHARANGA Y PANDERETA
Caer en la primera ronda del Mundial de fútbol supuso una profunda decepción en toda España. En cambio, nadie llora por el papel de España en el Mundial de Universidades, cuyos resultados se han conocido, y en el que ni un solo centro español se cuela entre los 100 mejores. En el puesto 151 aparece la primera universidad española, la pública de Barcelona.
Tampoco resulta decepcionante, en comparación con el fútbol, que desde el científico Ramón y Cajal en 1906 no haya salido ningún premio Nobel de Ciencia de la universidad española, una vara de medir habitual en la calidad de la educación superior en otros países.
El ministro de Educación, Wert, preocupado por la situación, encargó a una comisión de expertos que dictaminara qué hacer para mejorar la universidad española. No se sabe qué ha hecho con el documento, entregado en febrero de 2013. Fuentes del Ministerio dicen que lo están consensuando con los sectores involucrados.
Según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIF), la Universidad española tiene un serio problema de endogamia. Nada parecido al ambiente de competencia donde han florecido los futbolistas españoles.
A Brasil fuimos a jugarnos la gran ilusión colectiva, la evasión... ¿y en la universidad, qué nos jugamos?- Nos jugamos la justicia social de este país. La movilidad y la verdadera igualdad de oportunidades.
En fútbol, hemos tenido una final española de la Champions y los jugadores de La Roja podrían haber cobrado 700.000 euros cada uno si consiguen ese Nobel deportivo que es el campeonato del mundo. En la liga española compiten equipos con extranjeros y españoles, entrenados lo mismo por un argentino que por un italiano. Hay mercado y se ficha. No se concibe llegar arriba calentando banquillo. ¿Qué pasa en la elite intelectual, en las universidades? Si alguien publica un artículo en Nature, en Science o gana un Nobel, lo que consiguen son apenas 100 euros en el sexenio de investigación.
Investigadores del CSIC han estudiado las convocatorias para cubrir plazas de profesorado en las universidades españolas. El trabajo se llama Endogamia y productividad. La conclusión es que las universidades más endogámicas son las menos productivas. En el 95% de los casos, gana el candidato local, el del padrino, el de la tesis en casa. Endogamia es la palabra maldita
La única Universidad andaluza que aparece en este ranking y en un puesto después del 300 es la Universidad de Granada. Las demás, incluida la de Cádiz, por supuesto, ni aparecen.
No toda la culpa de lo que pasa es de Wert. Hay mucho de eso que se llama ENDOGAMIA y es que están totalmente alejados de la sociedad y siguen viviendo en su urna de cristal. Así nos va.
Algeciras a 20 de agosto de 2014
Patricio González
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