El reparto de los puestos ambulantes en Semana Santa desata la polémica

Denuncian una ?persecución? por parte del Consistorio

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  • La familia de César acude diariamente al Consistorio a pedir trabajo durante Semana Santa. -
La distribución que el Ayuntamiento hace de las licencias para puestos de venta ambulante en las fiestas de la capital gaditana suele ir aparejada de cierta controversia, pues nunca llueve a gusto de todos. Pero la última restricción de estas autorizaciones realizada por el Gobierno local, de cara a esta Semana Santa, está generando más indignación de la prevista entre quienes se dedican a dicha actividad. 

El caso más llamativo es el de una familia que este año, por primera vez en bastante tiempo, no podrá instalar sus establecimientos desmontables de baguetería y patatas asadas en San Juan de Dios ni tampoco uno de los dos tenderetes de algodón dulce que, frecuentemente, ubicaba por estas fechas en la plaza de Candelaria. “No nos han dado ninguna explicación para este ajuste”, se quejaba ayer César Pérez, quien incluso se considera víctima de una “persecución” por parte del concejal de Hacienda y Patrimonio, José Blas Fernández. 

Desde el Consistorio niegan tal asedio. Aseguran que la medida persigue controlar la “proliferación” de la venta ambulante y que surge ante “las protestas de los comerciantes y sus denuncias de competencia desleal”. Así lo indicó ayer el edil del ramo, quien sostuvo que la prioridad municipal pasa por la defensa de este sector y por “proteger” la imagen de la ciudad. “No vamos a permitir que esto se convierta en la feria de un pueblo”, aseveró Fernández. 

Además, el concejal señaló que a los afectados se les ha ofrecido otras opciones. “Aquí no dejamos tirado a nadie, simplemente limitamos el número de licencias”, puntualizó. Sin embargo, la alternativa no convence a la decena de empleados de este negocio familiar, que esta Semana Santa tendrán que conformarse con dos carretillas de chucherías, en vez de regentar sus tradicionales puestos de baguetería y de patatas asadas. 

“Era nuestra principal fuente de ingresos y nos la han cortado de raíz”, manifiesta César, quien insiste en que detrás de estos cambios “hay algo personal contra nosotros”. De hecho, alega que éste es el último episodio de una serie de “trabas que nos vienen imponiendo desde hace años”. Es más, afirma contar con los parabienes de los técnicos para desarrollar su labor habitual. “Pero ellos me dicen que donde hay patrón no manda marinero”. 

Así, acusa al PP de practicar un “discurso hipócrita”, al convocar una manifestación en Cádiz por el empleo “y luego complicarnos tanto la vida a quienes queremos trabajar”.

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