Prakash Loungani, un economista del FMI, publicó en 2001 dos conclusiones a las que había llegado tras analizar la precisión de las previsiones económicas de los años 90. En primer término casi todas las previsiones eran prácticamente iguales, daba igual si estaban formuladas por un organismo internacional o de otros analistas económicos. En segundo lugar añadía, “el historial de fracasos a la hora de predecir recesiones es prácticamente intachable”. Loungani y su colega Hites Ahir, han vuelto a analizar las previsiones sobre 77 países de los cuales 49 estaban en recesión en 2009. “El consenso de economistas preveía en Abril de 2008 que ninguno de ellos estuviera en recesión a pesar de que la crisis ya había comenzado claramente, la contracción del crédito era evidente y ya se había producido la caída de algunos grandes bancos internacionales. Lo más increíble es que si se fija la fecha de las previsiones en Septiembre de 2008 (cuando Lehman Brothers quebró), el consenso de previsiones de analistas no veía todavía que ninguna economía cayera en recesión. En realidad no se trata de señalar organismos o analistas concretos que hayan errado en sus pronósticos porque esos malos resultados afectan a la mayoría de las estimaciones realizadas”. Es verdad, como explica el economista Tim Harford en su último artículo en el Financial Times, que “la complejidad de la economía dificulta la formulación de previsiones acertadas por lo que no deben ser aceptadas literalmente a pesar de que se sigan formulando con más o menos tino. En realidad, según manifiesta, los analistas económicos deberían fijarse en los dentistas “No esperemos que un dentista nos diga cuando se nos caerá un diente, pero sí podemos demandarle que ofrezca los consejos adecuados para evitar que esa circunstancia se produzca, por eso recomendaría a los economistas que limiten sus sugerencias a aconsejar como mejorar la economía y qué medidas deberíamos aplicar las medidas oportunas para evitar las crisis cíclicas”. Efectivamente, la integración mundial de los sistemas financieros y la globalización de los mercados de toda índole añaden mayor dificultad para predecir las crisis económicas, pero sí parece más posible vaticinar las crisis que se producen como consecuencia de las perturbaciones externas. Y, por otro lado, en mi criterio, los indicadores adelantados deberían ayudar a detectar problemas incipientes en los mercados monetarios y financieros y en los sistemas bancarios, como así mismo, el análisis de los niveles de ciertos datos relativos, por ejemplo, a los endeudamientos del sector público y privado,( bancos, empresas y familias) al nivel del precio de la vivienda y otras variables fundamentales deberían ser utilizados para activar todas las prevenciones.
Por consiguiente, como comenta Sunil Sharma, economista del FMI, “no sólo es necesario comprender mejor los factores que dieron origen a las crisis precedentes, sino también qué sucesos pueden precipitar una crisis en un contexto financiero globalizado en rápida evolución”
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