Se alzan voces y vítores a favor de la instauración en España de la República como sistema de gobierno, en contrapartida con la actual forma política de Monarquía Parlamentaria, en funcionamiento desde la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978.
Desde el nacimiento y establecimiento en España del franquismo, la República fue un anhelo de la izquierda de este país, hasta el punto de que parece ser que hasta que nuestro país no sea una República no quedará compensada la deuda con quienes lucharon por unos ideales legítimos y legales, en aquel momento, contra el levantamiento militar encabezado por Franco durante la Segunda República.
Yo no había nacido por aquel entonces, pero mi pensamiento libre me hace concluir que más que buscar una nueva organización del Estado que permita un mayor calidad democrática y participación ciudadana y la priorización de los ciudadanos frente a los poderes fácticos, lo que persiguen quienes propugnan este sistema es la devolución del sistema político imperante en la época del golpe de estado y por tanto, la compensación por el maltrato sufrido por la izquierda durante la guerra y la postguerra.
Por consiguiente, igual que ante la disyuntiva izquierda o derecha, surgida efervescentemente del mismo período y superada parcialmente por la ciudadanía, ahora nos quiere hacer entrar en otro debate estéril de Monarquía o República.
Que yo sepa, lo que propugna la República es la determinación de que la ciudadanía participe en elección de sus representantes mediantes elecciones libres y voto secreto, eso lo tenemos, propugna la separación de poderes, eso lo tenemos reflejado en la Constitución Española, la Estructura de Gobierno del Estado sería la misma, es decir, un Jefe de Estado y un gobierno encabezado por un Primer Ministro, lo mismo que lo que tenemos pero con otros nombres, la única diferencia es que el Jefe del Estado, actualmente en España, el Rey, sería elegido por los ciudadanos en las pertinentes elecciones Presidenciales, por lo que el Jefe del Estado o Presidente en el caso de la República sería también un político.
Qué cosas, ¿verdad? En este país hay gente que no tiene para comer, otros que no tienen para vestir, para comprar juguetes a sus hijos, no pueden trabajar desde hace años y nos tocan la moral con este tipo de patrañas.
La realidad, piénsenlo bien, es que el tipo de organización del Estado no es el que asegura una protección de los derechos de los ciudadanos, son quienes hacen cumplir y gestionan ese sistema político quienes lo hacen buen o malo, ahí están los casos de la República Popular de China o de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.), ambas repúblicas, ambas sin elecciones libres.
No me decanto por ninguno de los dos sistemas, a estas alturas no soy ni monárquico, ni republicano, lo que quiero es que sea el sistema que sea, esté quien esté como Jefe del Estado, que piense en los ciudadanos, que piense en nosotros cuando tomen decisiones y que, en vez de quitarnos derechos sean capaces de asegurarnos lo derechos que en la Constitución están recogidos como propios, que haya una verdadera separación de poderes y que quienes incumplan las leyes o las malversen, asuman sus responsabilidades políticas y civiles, o lo que es lo mismo, que quienes nos gobiernan sean responsables, honestos, honrados y tengan más vergüenza.
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