El Teatro Alameda de Málaga protagonizó a finales de mayo de 2014 el sincero homenaje a Imperio Argentina, “Eternamente… Malena”, con motivo del décimo aniversario de su muerte. Organizado por la Escuela de Copla de Pedro Gordillo, maestro compositor malagueño, y el Legado de Imperio Argentina en Torremolinos, regentado por Fernando Luis Aisa, entre el dilatado y selecto elenco de artistas figuraba Rosa Molina, gran simpatizante de Torremolinos y a quien el propio Legado de Imperio Argentina apoya incondicionalmente como una de las voces más prometedoras de la Canción española. La actuación de Rosa estuvo amenizada de fondo con la artística danza de la joven profesora de baile, la torremolinense Esperanza Márquez, que fue calurosamente ovacionada.
En el benéfico acto del Teatro Alameda, Rosa Molina, como entusiasta colaboradora del Legado torremolinense de Imperio Argentina, interpretó con gran éxito, entre otras, la pieza titulada “Por donde quiera que vaya”, con letra de Francisco Jiménez y música de Javier Tapia, dedicada en exclusiva a Fernando Luis Aisa, quien al efecto fue invitado a subir al escenario. En este mismo escenario hizo también Rosa, en ocasión anterior, gala de su bella voz con motivo de la entrega de los premios Feniké.
Ya en 2013 Rosa Molina había cosechado un imponente triunfo en el Teatro Cervantes con su participación en el recital “Exaltación de la Mantilla”, de Rosa Ferrer. Pocos meses antes había salido a la luz el primer disco de Rosa, “Lo que yo siento”, con temas de los populares compositores malagueños Tony Carmona y Javier Tapia, así como de Jesús Manuel Martínez Nogales, alcalde del municipio de Guadalcanal (Sevilla).
A finales del verano de 2013 fue sonado el espectáculo de copla y balada ofrecido por Rosa Molina en el Teatro de Cártama, con lleno absoluto de la sala, repitiéndolo nuevamente en diciembre para el público que así lo demandaba. Otra de sus deslumbrantes actuaciones fue la brindada con motivo del hermanamiento del Guadalcanal sevillano con la isla de Guadalcanal, que los nativos llaman Isatabu, la mayor del archipiélago de las Islas Salomón, en el Pacífico.
Sería extenso relatar en este breve espacio el cúmulo de actuaciones que Rosa Molina ha protagonizado desde que se inició profesionalmente en el mundo de la música, hace ya seis años. En recitales benéficos y de homenaje es de las primeras artistas en ofrecerse de todo corazón. Entre los primeros figuran los organizados por Cáritas, Casa de Castilla y León y los premios de la paz. Entre los actos de homenaje animados por Rosa Molina destacan, aparte del ya citado de Imperio Argentina, los dedicados a Marifé de Triana, Lola Flores y Rafael de León. Igualmente ha participado artísticamente, con sendas entrevistas, en diversos canales de radio y televisión.
Rosa Molina se estableció en Málaga siendo muy niña, procedente de su pueblo natal, Rute (Córdoba). En la capital ha recibido durante varios años clases de canto de destacados maestros de la Copla y la Canción española y lírica, como fueron y son: Pedro Gordillo y Tony Carmona, compositores, grandes entendidos en Copla y arreglistas musicales de prestigio; Cecilia Gallego, conocida soprano; Javier Tapia, maestro de la Copla, compositor, pianista y uno de los mejores músicos arreglistas de Andalucía. En la actualidad Rosa toma clases de la profesora Juana Ruiz.
Con ilusión que no conoce límites, Rosa Molina se encara al futuro artístico con espléndidos y bien apostados proyectos. Hoy día es una de las intérpretes de Canción más solicitadas de Málaga por su profesionalidad, simpatía y natural desenvoltura en el escenario, aparte de su extraordinaria belleza física, propia de la reina de las mises. Uno de sus más acariciadas aspiraciones es la grabación de un nuevo disco con temas inéditos. Sus admiradores en Torremolinos, que no son pocos, y sus buenos amigos del Legado de Imperio Argentina en Torremolinos, auguran vibrantes éxitos a Rosa Molina.
POEMA A ROSA MOLINA
(De Jesús Antonio San Martín)
Ella es canción española
por donde quiera que vaya;
dulce voz donde las haya,
descuella su banderola
por el orbe de los cantos
armoniosos y profundos;
con trepidares fecundos
desgrana un joyel de encantos.
Requiebro de melodías,
en las tablas del proscenio
derrama con arte y genio
su crisol de algarabías.
Su elegancia y su salero
y su naturalidad
hablan de la calidad
de su artístico sendero.
Maestros tuvo y aún tiene,
de la Canción, los mejores;
su hueste de admiradores
en el cenit la sostiene.
Con su extenso repertorio
-balada, rumba, bolero
y todo el sabor coplero-
se deleita el auditorio.
Ella, sembrando ilusiones
y demostrando empatía,
cosecha día tras día
merecidas ovaciones.
Presente en todas las galas,
sobre todo humanitarias,
esplende entre luminarias,
su talento llena salas.
Lleva en su garganta brío
y en su voz el sentimiento
que al alma transmite aliento
y le inyecta poderío.
Su estancia en el escenario
como jardín es de rosas
cuando pasean las diosas
con solemne vestuario.
Selectas composiciones
de bellísima armonía
conforman la antología
que hace vibrar corazones.
La música malagueña
llena de embelesamiento
su disco “Lo que yo siento”,
que es lo que ella siente y sueña.
La voz de Imperio Argentina
y de Marifé de Triana
en su voz se hace lozana
y a todo oyente fascina.
Suena brillante y divina
esa voz reveladora
que al público le enamora:
la voz de Rosa Molina.
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