Juan Enrique Sánchez Moreno es desde la semana pasada el nuevo delegado Episcopal de Hermandades y Cofradías en sustitución del padre Sebastián Llanes Blanco, quien ha ocupado el cargo durante más de veinte años.
El cambio supone un soplo de aire fresco y, por ello, ha suscitado una gran expectación entre los cofrades, lo que añadirá más presión si cabe a una tarea de díficil como es la de coordinar toda la Pastoral del mundo cofrade a nivel diocesano, siguiendo las directrices del obispo.
Aunque está acabado de aterrizar, el padre Juan Enrique Sánchez conoce muy bien el mundo de las hermandades, de hecho, su vocación salió de ellas, “vamos que soy lo que la gente llama un cura pillita, sin llegar a un extremo exagerado”, explicó a VIVA CÁDIZ el sacerdote.
Lo que más preocupa a esta sacerdote es la vivencia de la religiosidad popular como una afición sin Dios, sobre todo por parte de la juventud. Según Juan Enrique Sánchez “los jóvenes de hoy en su conjunto viven la Semana Santa como una especie de afición, sin vivir el Evangelio ni asistir a Misa”.
El nuevo delegado valoró la labor desempeñada por el padre Llanes y su equipo, y se mostró consciente de la gran responsabilidad que se le avecina. Lo primero que va a hacer es “escuchar lo que me piden tanto los cofrades de la Diócesis como los sacerdotes que atienden a las hermandades espiritualmente. A partir de lo que me demanden iremos realizando nuestro trabajo”.
Cuando se le pregunta por las normas diocesanas, asegura que por ahora no se plantea introducir modificaciones: “Eso es algo que vendrá con el tiempo y en función de las demandas de los cofrades. Son ellos los que tienen que ver cuáles son sus virtudes, defectos y las lagunas que tienen estas normas, pero no va a ser algo que vaya a atajar de inmediato, requiere su tiempo”.
Algunos directores espirituales se han quejado de que desde el Obispado no se les hace caso. A la hora de tomar decisiones en las hermandades parece que no se tienen en cuenta los informes previos de los sacerdotes y cuando surgen contratiempos no se atreven a tomar una decisión porque no se sienten arropados por instancias superiores, es decir, por el Secretariado Diocesano. A juicio del nuevo delegado “aquí hay dos elementos fundamentales, primero la unidad como asociación cristiana de fieles y, por otro lado, los sacerdotes que las mantienen como pastores. Tanto uno como otros deben se escuchados. No siempre llueve a gusto de todos. Me planteo intentar obrar con la mayor justicia posible, siendo recto con el grupo que lleva la razón”.
Cuando se le pregunta por la formación cristiana de las juntas de gobierno contesta que no conoce la realidad de la Bahía de Cádiz, “pero en el Campo de Gibraltar, salvo en honrosas excepciones, no se están trabajando los temas”.
Con respecto a lo ocurrido con el Despojado el Domingo de Ramos, el delegado episcopal cree que son una minoría “que hace mucho ruido” y pide que no se vaya a ver los desfiles “con la misma actitud del que va a un estadio de fútbol”.
Un sacerdote muy vinculado a las cofradías que salió de ellas
El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, hizo público la semana pasada el nombramiento de Juan Enrique Sánchez Moreno como nuevo delegado Episcopal de Hermandades y Cofradías, en sustitución del padre Sebastián Llanes Blanco, que durante 20 años ha prestado este servicio a la Iglesia. Su sustituto es un joven sacerdote de 37 años natural de La Línea de la Concepción, donde actualmente ejerce de párroco en San Pedro Apóstol. Sánchez Moreno es también el actual director espiritual del Consejo de Hermandades de La Línea y de la hermandad del Perdón de esa localidad, además de miembro del Consejo del Presbiterio. Este sacerdote se caracteriza por su vinculación a las hermandades. De hecho, el nuevo delegado episcopal es hermano de las cofradías del Silencio y de la Patrona de la Línea, del Traslado al Sepulcro de Ceuta, del Carmen y Servitas de Cádiz y del Gran Poder de Sevilla.