El calor y un número importante de visitantes son a priori este año invitados destacados de la Feria de Abril sevillana, que se celebra por quinta vez en su historia íntegramente en mayo, en una decisión que no deja contento a todo el mundo pero que se olvida en cuanto se produce el "alumbrao".
En la medianoche del lunes las 24.000 bombillas de la portada, -inspirada en los antiguos quioscos de agua de la ciudad y con torres de 21 metros de altura- serán las primeras en encenderse del total de 236.000 de todo el Real de la Feria, en el barrio de Los Remedios, que acoge en esta edición 1.049 casetas.
Cuatrocientos técnicos y operarios han trabajado en los últimos meses en levantar el recinto, por el cual podrán pasear 1.400 coches de caballos que no se verán sujetos, por segundo año consecutivo, a la prohibición de salir en días alternos en función de si su matrícula es par o impar.
Las previsiones climatológicas hasta el 11 de mayo sitúan las temperaturas máximas en la capital andaluza siempre por encima de los treinta grados -incluso 34 algunos días-, lo que garantiza que sevillanas y turistas pasarán calor luciendo unos trajes de volantes que este año llegan en colecciones alegres y con mucho colorido.
La moda flamenca toma un poco de aire en este 2014, en el que las ventas han aumentado ligeramente después de tres o cuatro años en los que los diseñadores han tenido que buscar cómo realizar modelos más accesibles para el gran público, al que han intentado llegar también a través de nuevos medios, como las redes sociales.
Los trajes de bajo precio han ido ganando terreno en la época de crisis, con tarifas que se han podido rebajar hasta los 150 o 200 euros al no estar hechos a medida y contar con una calidad menor, aunque se mantiene una clientela más minoritaria que opta por vestidos de "alta gama", con precios entre 800 y 1.200 euros.
Aunque los más tradicionales no compartan que la Feria de Abril se celebre en mayo, el Ayuntamiento ha justificado su decisión de dejar transcurrir dos semanas desde el final la Semana Santa en el sector turístico, con el objetivo de intentar aprovechar al máximo también las visitas del puente del Primero de Mayo.
Con reservas que superan el 80 % de la capacidad hotelera desde hace días, el consistorio confía en que la semana de Feria confirme el éxito en el número de visitantes alcanzado en la pasada Semana Santa.
Durante estos días las bodegas de las denominaciones de origen Jerez y Manzanilla esperan alcanzar los 1,5 millones de medias botellas vendidas, una cifra que duplica la población de la capital hispalense y que supone el pico anual de consumo, con más de un 12 % del registrado durante las fiestas de la primavera andaluza.
Buena parte de este consumo se la llevará el rebujito, combinación de manzanilla o fino con refresco de lima que, con mucho hielo, ayuda a combatir el calor y que es heredera de los Sherry Cobblers que ya se servían en la Inglaterra victoriana como bebida refrescante mezclando vinos con limón, azúcar, agua carbonatada y hielo picado.
Junto al recinto ferial la plaza de la Maestranza comparte protagonismo para los aficionados taurinos, aunque este año las corridas llegan sin grandes figuras, tras la decisión de El Juli, Morante de la Puebla, José María Manzanares, Alejandro Talavante y Miguel Ángel Perera de no torear en Sevilla mientras estén al frente del coso los actuales arrendatarios.
De la Maestranza también partió en la víspera de la Feria el tradicional desfile de coches de caballos, dentro de la XXIX Exhibición de Enganches, y en el que 54 carruajes pasearon por el coso y por las calles aledañas con viajeros que lucían atuendos de mantillas y uniformes.
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