Más de dos años y medio esperando que la Junta de Andalucía le abone una beca es la situación en la que se encuentra un joven gaditano. Lo que diferencia a este caso son las circunstancias personales que acompañan al retraso en el pago, pues Ezequiel Sánchez cuenta con una discapacidad reconocida del 65%.
El asunto se remonta al año 2011, concretamente al periodo comprendido entre el 17 de marzo y el 2 de septiembre, fechas en las que Ezequiel participó con aprovechamiento en el Curso de F.P.E. número 982010 N2 11 121 y denominado por la entonces Consejería de Empleo, la administración organizadora del curso como de Limpieza de superficies y mobiliario en edificios y jardines.
Resultado de lo anterior se expidió un diploma que acreditaba la aptitud del joven en el ciclo de formación impartido en esos seis meses por el Servicio Andaluz de Empleo y con 250 horas aprovechadas con no poco mérito.
La queja, explica José Antonio Sánchez, padre de Ezequiel, es que “han pasado casi tres años y no paran de marearme. A mi hijo le iban a dar unos 9 euros por día de curso como beca y hasta la fecha nada de nada. Pero aunque una administración me envía a otra, de la plaza Asdrúbal a la calle Ahumada y vuelta, no me van a aburrir y no voy a parar hasta conseguir este dinerillo que buena falta hace”.
La cuantía, de alrededor de 1.500 euros, si se multiplican esos nueve euros por los 165 días que duraba el curso, o de unos mil euros si se le restan a esas 165 jornadas los días no lectivos del periodo, es la clave de la denuncia.
El problema, además del retraso en el pago que suele acompañar a las administraciones, radica en que si bien en origen el curso formativo era asunto de la actual Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, en la actualidad dicha competencia la tiene asumida la de Educación, Cultura y Deporte y el dinero que se supone que llegará más tarde que temprano está en manos de la Intervención de la Consejería de Hacienda y Administración Pública de la Junta de Andalucía. Tres administraciones diferente a las que recurrir, en fin, para pedir explicaciones de los casi tres años de retraso en el pago de una beca. De ahí, tal y como señala un desesperado José Antonio Sánchez, “que solo me digan que ahora están pagando lo de 2008 y me manden a preguntar a otro sitio una y otra vez”.
Con tantas esperanzas como ganas de reclamar, el padre de este joven discapacitado se queja de “lo mal que reparte el dinero la Junta. Ten en cuenta que esos cursos los sufragaban con fondos europeos y que mi hijo ha hecho muchos cursos con otras administraciones e instituciones y nunca ha tenido problema con los cobros”. Hasta ahora.
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