Humanos

Que a estas alturas del planeta y su historia, sabemos de sobra de los enormes desequilibrios Norte/Sur y sin embargo, ahí seguimos

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Mira, mira qué gracioso, ¿es o no para miccionar sin soltar gota?: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”, y esto, todavía más: “Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”. Lo de salir, para algunos, no es difícil, lo complicado es poder acceder a tu destino sin jugarte la vida. Porque una cosa es ir de visita, y otro, empujado por la necesidad, intentar alcanzar un destino (físico, pero también personal), mejor. Y sin embargo...  Ahí estamos, con vallas, fronteras blindadas, órdenes de expulsión (en el mejor de los casos), y hasta castigos para los que echan una mano al que viene cuando no tiene nada, que ya es el colmo.
     Por eso, la solución a la presunta presión migratoria no debe ser tan difícil, que dijo don ingenuo. Porque, una cosa está clara, que a estas alturas del planeta y su historia, sabemos de sobra de los enormes desequilibrios Norte/Sur y sin embargo, ahí seguimos. que no es que no se haya logrado minimizar un poco la cosa, así que mucho menos una solución, es que no nos hemos puesto ni nos ponemos mano a la obra, Porque no interesa. Si hasta para denominar al que viene, liamos una que no hay quien se lo explique, porque digo yo que son simplemente personas que saltan la valla, lo demás... Que si inmigrantes ilegales, como si las personas pudieran ser legales o ilegales en función de la desesperación que arrastran, que si inmigrantes irregulares, como si tuvieran un hombro más alto que otro o una pierna más larga que la otra, si es que hay que poner calificativo a todo, que mira que los que dicen inmigrantes clandestino, ya ves como, si un grupo de 50, 100 o los que sean, por un descampado, camino de la frontera, tuvieran mucha clandestinidad. Lo que hay es mucha inquina contra el desesperado, y mucho “qué va a ser de mi culo”.
     Ya ves, ahora resulta que son la amenaza para Occidente, cuando es al contrario, cuando los intereses de este lado mantienen la pobreza, la injusticia, las desigualdades, el hambre, el analfabetismo y la miseria del otro, para seguir explotando, para que nada turbe a los que no pueden vivir sin corbata de seda.
     Y así, hasta que un día sea de verdad una cuestión de número, porque lleguen tantos y tantas, y puestos de acuerdo, que no haya forma de pararles, de negociar, de convivir y de compartir, de tan mal que los estamos haciendo.

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