Asamblea de Madrid y del cierre definitivo de la investigación abierta en el PP nacional, en relación con los escándalos de espionaje político de la Comunidad capitalina. Y todo ello también en el paisaje de la presunta y generalizada corrupción que afecta al mismo partido, intentada acallar por la ofensiva contra una serie de instituciones básicas a las que se acusaba y acusa de los peores atropellos y delitos por denunciar o investigar todas aquellas circunstancias. Y ahora resulta que lo grave aquí es la metedura de pata de Carme Chacón, mientras que todo lo reseñado forma parte de no se sabe qué sueños o conspiraciones contra el modélico partido de Aznar-Rajoy-Aguirre-Camps. No sé cómo sería la interpretación pictórica de todo esto en el caso de que tuviéramos la suerte de contar con Goya vivo en estos inicios del siglo XXI. Los aquelarres, sin duda. Mañana mismo me vuelvo al Museo del Prado y a ver qué pasa.
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