Justin Bieber no levanta cabeza. Si su madre y el cantante Usher se propusieron alejar al joven de todas las malas influencias e intentar encauzarlo por el buen camino, de nada ha servido. Justin Bieber ha sido detenido por la Policía de Toronto acusado de haber agredido al conductor de su limusina.
El cantante se presentó de forma voluntaria en la comisaría y permaneció retenido en la comisaría durante dos horas, hasta que fue puesto en libertad. Justin deberá volver a ver al juez el día 10 de marzo y declarar por lo hechos ocurridos el pasado 30 de diciembre.
Los hechos ocurrieron hace un mes cuando Justin se encontraba en Toronto de fiesta junto a unos amigos. La Policía ha explicado que el altercado se produjo cuando el conductor de la limosina recogió a Bieber y a sus amigos para llevarlos a su hotel, dentro del automóvil se produjo una disputa y el conductor resultó agredido, se bajo del coche y llamó a la policía. De ahí, que hayan detenido al cantante pero aún deben probar que fue Justin el responsable de los golpes y no otro de los ocupantes del vehículo.
Howard Weitzman, abogado del cantante, ha emitido un comunicado en el que ha señalado que su defendido es completamente inocente y que la acusación es una infracción menor.
Esta es la segunda detención del joven de 19 años en una semana. Todavía está presente su detención en Miami (EE.UU.) acusado de conducir bajo los efectos de las drogas y el alcohol, resistencia a la autorizad y llevar el permiso de conducir caducado.
Su segunda detención ha causado todo un revuelo y los guardaespaldas del cantante han tenido que proteger al cantante de las miles de fans que se han agolpado en la comisaría de Toronto. En cambio, su popularidad en Estados Unidos mengua cada vez más y las firmas para que se deporte al cantante a Canadá aumentan por minutos.
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