Su propietario, Juan Manuel Benítez, explicaba ayer a este medio que abrió su negocio con la clara intención de vencer a la crisis, de ahí “que decidiese ponerle este nombre. Se me ocurrió en casa de mi suegra y todos mis familiares decían que no sería capaz de ponérselo”. Y sí lo fue. De hecho, es un reclamo tan vistoso que “hasta hay guiris que ya nos han pedido que les echemos una fotografía debajo de nuestro cartel”.
No es sólo un nombre. Juan Manuel Benítez, que ya se había dedicado anteriormente al mundo de la hostelería, decidió montar este negocio en plena crisis porque “me han dado muchas facilidades para poder abrir”. Ahora, su objetivo es que entre la clientela, para lo que ya ha puesto en marcha unos precios que, sin duda, llaman la atención y que recuerdan a otras épocas. “Abro a las seis de la mañana para que los trabajadores de la limpieza puedan tomarse su mollete de jamón, con café inclusive, por sólo dos euros”. Después, al llegar al mediodía, ofrece “unas tapas por sólo uno o dos euros” y, durante todo el día, los cafés “los sirvo a 90 céntimos”. ¿Alguien da más?
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