La Navidad es una de las épocas más especiales en las que Andalucía se viste de luces y colores, los adornos cubren sus calles y en cualquier rincón se respira, se disfruta, se saborea y se siente el espíritu navideño. Desde las grandes ciudades a las pequeñas poblaciones, el destino Andalucía se convierte en un regalo para el visitante, un regalo para compartir.
Recorrer Andalucía en estas fechas tan especiales, en las que las tradiciones y las familias marcan parte de la agenda de los andaluces, tiene un especial atractivo. Sin duda alguna, es más que recomendable pasear por los grandes centros históricos de las principales ciudades y pueblos andaluces: las zonas comerciales se visten de gala, especialmente para atender a los más pequeños, los grandes protagonistas de unas fechas en las que la ilusión se mantiene viva hasta la mañana del 6 de enero, cuando ya los Reyes Magos de Oriente reparten regalos.
Cualquier ciudad monumental es un buen destino para aunar visita monumental y navideña, porque en estas fechas las ciudades ofrecen mercadillos tradicionales que merecen la pena recorrer: los de la Plaza Nueva y San Francisco en Sevilla (especialmente su mapping o espectáculo tridimensional que se proyecta sobre la fachada del Ayuntamiento) o los del Paseo del Parque en Málaga. Ambos son buenos ejemplos de mercadillos aunque tienen sus réplicas en numerosas localidades.
A estos espectáculos de adornos y luces se unen numerosas actividades para los más pequeños, como la Ciudad del Oeste en Almería y Selwo Aventura en la Costa del Sol. A ellas se suman una de las tradiciones más arraigadas en Andalucía: los belenes. Los recorridos de la Asociación belenista La Roldana en Sevilla o la Asociación belenista en Jerez son buenos ejemplos de ellos, pero los belenes vivientes (Arcos de la Frontera, Higuera de la Sierra y Almayate) son también un buen destino para no perderse esta Navidad.
Hay uno que queremos destacar por la particularidad de su elemento principal, el chocolate. El Belén de Chocolate que elaboran cada año los maestros pasteleros de la empresa Galleros Artesanos, con cerca del centenar de años de tradición en la localidad cordobesa de Rute, emplea este año más de 1.400 kilos de chocolate negro y blanco en los más de 66 metros cuadrados que ocupa y en los que rinde un homenaje a Jaén capital y las ciudades jiennenses de Úbeda y Baeza, con la reproducción de sus monumentos más emblemáticos.
Del chocolate al anís
Si opta por Rute, no sólo debe quedarse en el chocolate. Visite también su Museo del Anís y la cultura que rodea a las destilerías andaluzas, tradiciones muy vinculadas a la gastronomía. También puede recorrer en otras localidades , como las sevillanas de Cazalla de la Sierra y Carmona, otros museos en los que le mostrarán los secretos de una bebida que siempre ha ido unida a las celebraciones navideñas.
Y también a su música, porque una botella de anís siempre ha sido el mejor instrumento de acompañamiento para otra tradición clave en la Navidad andaluza, los villancicos y las zambombas. Los primeros los podrá escuchar por todas las calles y rincones; las segundas, más vinculadas a la Nochebuena, tienen sus ecos a lo largo de toda la Navidad.
Tampoco debe perderse la Fiesta de la Danza de los Locos en Fuente Palmera y el Auto Sacramental en el Viso, ambas localidades de Córdoba, y la Fiesta Mayor de los Verdiales en Málaga.
Otra oportunidad que no debe dejar pasar es la que ofrece Córdoba capital, en la que una treintena de patios abren sus puertas a la ciudadanía y a los turistas, que podrán ver cómo este típico entorno primaveral de gran colorido, a base de gitanillas, claveles y geranios, ha sido cambiado por flores de pascua, villancicos y dulces navideños. Actuaciones musicales y degustaciones de productos típicos de la temporada son un atractivo más para visitar una de las ciudades más hermosas de Andalucía.
Sabores de Navidad
La Navidad en Andalucía es pura tradición, como lo es también la gastronomía que la rodea. Mantecados, polvorones y alfajores son nombres que escuchará por toda la región, vaya donde vaya, especialmente en aquellas volcadas a lo largo del año en proporcionar a todo el mundo los sabores de Andalucía: no se pierda el Museo del Mantecado de la localidad de Estepa (ni tampoco deje de recorrer su magnífica oferta monumental) pero si puede, piérdase en Medina-Sidonia, en plena comarca gaditana de La Janda, donde podrá saborear uno de los mejores alfajores del mundo en un paisaje digno de recordar.
Y no podemos terminar de hablar de la Navidad andaluza sin recomendar los dulces de los conventos de clausura. En esta época del año, las hermanas se vuelcan hacia el exterior mostrando una riqueza gastronómica que no sólo se ofrece en muestras específicas (como ocurre en Sevilla) sino que incluyen visitas a sus recintos. El Convento-Monasterio de Belén en Antequera -otra bella ciudad para perderse en su patrimonio- es una buena prueba de ello.
La noche de los niños y también de los mayores
Si hay una tradición que de verdad marca la Navidad en Andalucía y en la que se vuelcan todas sus localidades, da igual el tamaño, es la Cabalgata de los Reyes Magos la tarde del 5 de enero, antes de que sus Majestades de Oriente dejen sus regalos a los más pequeños de la casa, aunque siempre cae alguno para los mayores.
Fruto de una tradición netamente latina, que compite sin perder el paso con otras anglosajonas, numerosas instituciones, entidades y asociaciones de todo tipo se vuelcan en ofrecer el mejor cortejo cargados de caramelos, pequeños juguetes, serpentinas y confetis que reparten en un recorrido por las calles principales de pueblos y ciudades.
Son recomendables, por su riqueza en detalles y en participantes, las de las principales ciudades andaluzas, como las de Sevilla, Málaga o Jaén, aunque todas son un regalo para la vista y, sobre todo, para la ilusión.
Además, la llegada de sus majestades de Oriente suele adaptarse a las características de cada sitio, porque si a Cádiz o Málaga llegan por mar, en Sierra Nevada podemos verlo bajando hacia la ciudad de la Alhambra sobre unos esquíes.
Generalmente las cabalgatas están compuestas por las carrozas de Melchor, Gaspar y Baltasar, interpretados por personalidades de cada localidad, a las que se une la Estrella de la Ilusión y una representación de un Belén, en las que participan ciudadanos de a pie.
Es especialmente llamativa la cabalgata de Higuera de la Sierra en Huelva. Desde 1918, el cortejo que representa escenas de la infancia de Jesús llena de ilusión, colorido y alegría las abarrotadas calles del pueblo, que se ven desbordadas por los miles de visitantes que se registran durante toda la jornada.
La Cabalgata de Reyes de Higuera, la segunda más antigua de España, está catalogada como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
La esencia de esta representación cultural reside en la escenificación que realizan los propios vecinos del pueblo, que se transforman por unas horas en personajes bíblicos, totalmente estáticos pese al intenso frío o la lluvia que ha acompañado algunos de los años de esta tradicional celebración.
El conjunto escultórico que conforman otorga una belleza y singularidad que distingue a la Cabalgata de Higuera del resto de las existentes en España.
Distintas carrozas componen el cortejo, carrozas elaboradas totalmente a mano por todos los vecinos, que trabajan arduamente durante los meses previos para que esa noche todo resplandezca.