He tenido que entregar mi llave y salir porque sino iban a entrar por la fuerza. Este país no tiene justicia ninguna. He intentado llegar a un acuerdo pero no han querido”. En ese momento a Juan Villalba se le quiebra la voz y se echa una mano a la cara; en la otra lleva un carro de la compra en el que ha depositado algunas pertenencias de una casa que hasta ayer al mediodía era de su propiedad. Ahora, tras ser desahuciado por no pagar a su comunidad las cuotas durante 14 años, su inmueble del bloque 2 de la calle Endivia, en San Antonio (junto al IES Caballero Bonald) pertenece a su bloque.
Un desenlace que llega después de que en su día sus vecinos lo llevaran a los juzgados tras darle varios avisos e intentar en vano llegar a un acuerdo. “En 14 años se ha negado a pagar la comunidad y el agua porque decía que él no vivía aquí; le avisamos, le dimos facilidades de pago, pero no quiso, y cuando ha ingresado el dinero ya es demasiado tarde”, aclaraba ayer el presidente de la comunidad, José Luis Jiménez.
“Nosotros no queremos ni quedarnos con su casa ni especular, pero eso es algo que tiene que solucionar él ahora con los juzgados”, añadió. Sin embargo, como suele pasar en estos casos, las versiones son contrapuestas. El afectado asegura que nunca fue consciente ni de que su piso salió a subasta, quedándose desierta, y cuyo precio ahora es de 35.000 euros. Afirma además que no recibió los papeles del juzgado hasta el pasado 12 de noviembre, cuando le fue notificada una orden de desahucio para ayer. En apenas una semana, relata, “reuní el dinero e ingresé en la cuenta de la comunidad el dinero” -por los más de 12.000 euros que tenía pendientes-. Sin embargo, era demasiado tarde. “¿Por qué has esperado hasta ahora?Nosotros lo último que queremos es quitarte el piso, y si esto se puede arreglar se va a arreglar”, le comentaba un inquilino del bloque. A la par, otro residente, que vive puerta con puerta de su casa, señalaba que “le habré visto tres veces” y que en todos estos años siempre se ha desentendido del asunto ni ha entrado en razones.
Juan no ha vivido en todo este tiempo en este bloque y tiene su casa y reside en Las Adelfas. Sin embargo, él dice que quiere mudarse a este piso. Precisamente, esta es la razón que apuntaron desde el Ayuntamiento para justificar que el Gobierno local no pudiera intervenir para parar este desahucio, pese a ser esta persona usuaria de los Servicios Sociales.
Aunque ni los seis funcionarios del 091 tuvieron que emplear la fuerza para desalojarle, llegándose a encerrarse un buen rato en su casa, y ni se queda en la calle, la escena no dejó de ser desagradable puesto que coincidió de lleno con el horario de salida de clase de los alumnos del instituto. ¿Y ahora qué?Este vecino tiene que hablar largo y tendido con el juez, la comunidad o pagar los 35.000 euros que ahora cuesta su casa.