Ésta es la situación a la que se ha llegado tras catorce años de revindicaciones en los que el Colegio de Sordos lleva presentando graves deficiencias en su estructura, lo que supone un riesgo para los niños, y en los que han sido varias las promesas de arreglo del mismo.
Por ello, Lourdes Damian afirma que, tras comenzar con un proyecto en el que la inversión era de casi un millón de euros y ahora haberse visto reducido considerablemente más en la mitad, “no deseamos actuaciones de urgencia para parchear las estructuras y desperfectos, tapándonos la boca con unos cuantos miles de euros, queremos la ejecución del proyecto diseñado y presentado por el arquitecto, aunque este en sí ya supone un recorte de más de dos tercios de las obras inicialmente valoradas como necesarias”.
Además, deja clara la posición de esperanza del AMPA al declarar que “no queremos más promesas, queremos realidades y vamos a ser una vez más optimistas y confiar en nuestro delegado, esperando que no vuelva nuevamente a defraudarnos”.
Dentro de una larga lista de deficiencias, las cornisas del edificio se desprenden cayendo bloques de más de 15 kilos; las tuberías se rompen con facilidad provocando enormes lagunas de aguas fecales y los alumnos se escapan del centro escolar al estar el perímetro de la valla metálica caída.
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